ESTIMADOS
HERMANOS LATINOS:
ME PARECE
MUY INTERESANTE Y DE SENTIDO COMÚN PARA EL FANÁTICO MUNDIAL, EL ABARCAR,
INFORMAR Y EVALUAR OPINIONES SOBRE LA EVOLUCIÓN DE NUESTRO BÉISBOL EN SUS
CONOCIMIENTOS Y ESPECIALMENTE SOBRE LA INFLUENCIA DEL SABERMETRICS, ES POR ESO
QUE LES OFREZCO EL SIGUIENTE ARTICULO PUBLICADO EN EL NEW YORK TIMES.
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NO
DEJEN QUE LAS ESTADÍSTICAS ARRUINEN AL BÉISBOL
By STEVE
KETTMANN APRIL 8, 2015
Dr. Jaime Cervantes Pérez
Traducción
y compilación
En
esta semana se puso en marcha el béisbol de MLB, es algo especial ir a los parques
y más estimulante llegar temprano, ver la práctica de bateo acompañado de una
libreta y lápiz para penetrar a lo más profundo del juego, oír la musicalidad
de un batazo que llega al outfield. El
béisbol tiene un lenguaje para que el fanático entienda y lo disfrute, que los
datos que uno va captando se conviertan en un alimento de información y se
llegue al BABIP (Batting Average on Balls In Play), que mide la frecuencia que
va una pelota de hit, al FIP (Fielding Independent Pithing) es una medida de
las cosas por las que el pitcher es específicamente responsable y el WAR (Wins
Above Replacement) que es un intento de
sabermetric para sumar la contribución total del jugador hacia su equipo
en una estadística.
Gracias
al “Moneyball”, y al Fantasy Baseball las estadísticas han cambiado la forma de
pensar y ver de los fanáticos. En su
conjunto es una tendencia positiva, pero no cuando los números empiezan a
eclipsar una apreciación más matizada del béisbol. Cuando vemos un duelo, digamos entre el
pitcher del Mets Matt Harvey y el pitcher Giancarlo Stanton de Miami, el
análisis estadístico es muy útil para apreciar el drama que vemos como cuando
escuchamos un aria de Pavarotti (pieza musical creada para ser cantada por una
voz solista sin coro).
Estar
pendiente de los giros que da el juego es vital, ya que las suposiciones y sus
improbabilidades que surgen durante el desarrollo dan un sabor muy especial en
nuestro cerebro. Estaba en octubre de
2001 en Oakland cuando el short stop Derek Jeter de los Yankees ganaron un
juego y sin duda una serie de playoff contra el Atletics, por tener la
previsión de anticipar un error de tiro y luego hacer un tiro a home plate para dejar fuera a un pesado Jeremy Giambi
que trataba de anotar. El análisis
estadístico nada tuvo que ver con esa jugada.
Los
managers están de acuerdo, dice Bruce Bochy, manager del campeón San Francisco
Giants en una Serie Mundial: “yo veo el juego”, “tú no me ves escribiendo o examinando
las estadísticas, estas son cosas importantes, pero hay algunas cosas que no
puedes ver en el esquema”
El
verdadero problema no está en el dugout, está del modo de que es discutido un
juego fuera del campo. Yo crecí dentro
de la información y se burlaban de los detalles de las acciones del juego,
había algunos que nos daban una narración sabrosa y perspicaz, como la talentosa
dada por el escritor Roger Angell así como para las decenas de reporteros
cubriendo el juego en todo el país. Por ahora
hay grandes escritores, especialmente los jóvenes que consultan un desbordamiento
de estadísticas y que no disfrutan del juego por estar viendo los números.
En
cualquier sala de prensa casi todos los reporteros están escribiendo, enviando
mensajes o viendo estadísticas de Google.
¡Esto no funciona! Tú puedes ir a un concierto, oír la música de la Novena
Sinfonía de Mahler, aun cuando te estés escribiendo con un cliente y cerrando
un negocio, tus pulgares vuelan y tú tratas de no ser distraído por la mirada
molesta de la persona que está junto a ti, ¿Realmente estás escuchando la
música y disfrutándola?
La
importancia de estar completamente atento al juego, despojado de distracciones,
radica no en la sensiblería de la nobleza del béisbol, pero continuamente uno
se profundiza para comprender y entender el juego, (aún Mr. Angell una vez
quejándose dijo: “¡Las cosas que suceden en ‘El Campo de los Sueños’ me dan
dolor”!).
El
arte de batear una pelota comienza con vaciar la mente, Jonathan Fader, un
psicólogo que trabaja con los jugadores del Mets, me dijo: “Esencialmente lo
que nosotros estamos tratando de hacer en la psicología del deporte es ayudar a
la gente a disfrutar”.
Fanáticos
y escritores necesitan adaptarse a una actitud similar, un enfoque
excesivamente analítico centrado en la corteza cerebral es un mecanismo
distanciador y no entender cómo los fanáticos y los jugadores conciben el juego.
No
hay duda, ahora los General Managers son más jóvenes, educados, ponen la energía
fresca en el béisbol y ejercen con más precisión las herramientas del análisis
de las estadísticas, para replantear lo viejo del béisbol, a menudo puede ser
entendido, aplicado y lograr fines excitantes.
Por
ejemplo, el cambio de un pitcher relevista en un momento apremiante para apagar
al contrario, sería más lógico con lo que tenemos de experiencia, que enfocarse
en las estadísticas obscuras: el promedio de bateo contra los relevistas. Tratando de decidir en la última temporada
entre dos jugadores de bajo rendimiento, primeras bases, los dos zurdos con fuerza,
los Mets decidieron que los números resolvieran quién sería el slugger más
confiable: y concluyeron que, el que al batear su pelota saliera con más
velocidad.
El
problema no es con los números. La maravillosa BABIP (Batting Average on Balls In
Play) mide la frecuencia con que va una pelota de hit, Y el FIP (Fielding Independent Pithing) es un
registro para todas las cosas por las que el pitcher es específicamente
responsable, más específico que E.R.A. (earned-run average), (carreras admitidas por
nueve innings).
Como
los niños, los números por sí mismos son irreprochables. Es como los usamos o como los mal
usamos. Hay un riesgo de que los números
simplemente se vuelvan una finalidad y las estadísticas veladamente proliferen.
Una
buena regla general efectiva es que más de una estadística se basan en la
contemplación, lo menos probable es que vaya a ser consistentemente usada por
una amplia audiencia. Aún una vieja
estadística como WAR (Wins Above Replacement), que tiene defensores y
detractores, es un intento del sabermetric para sumar la total contribución de
un jugador a su equipo en una sola estadística y se usa para comparar la
actuación de un jugador con un hipotético.
El
béisbol es pausado, con esa lentitud tenemos la oportunidad para dejar a la
imaginación divagar y moverse junto con la acción. Mr. Angell ha dicho que para él aún tarde en
la vida, es como un fanático de la música que continúa tocando. Si no podemos desplegar nuestra capacidad de
atención lo suficiente para centrarse en la acción, si no sintonizamos con el
béisbol en la forma en que captamos la música, nunca vamos a disfrutarlo.
PUEBLA,
PUEBLA, MÉXICO, 12 DE ABRIL DE 2015