jueves, 30 de junio de 2011

ANABE PARTE V

EL SINDICATO DE BÉISBOL, ¿AYUDARÍA O NO?
(ANABE)
Por el Dr. Jaime Cervantes Pérez
DESINTEGRACIÓN
En este punto de dificultades en establecer una franquicia viable en la Ciudad de México, hubo una división dentro de la propia ANABE y una hendidura que salió poco a poco entre la ANABE y la LIGA NACIONAL. ya que estas habían sido organizadas y dominadas por jugadores de béisbol, sindicatos activistas, abogados, autoridades locales y nacionales, incluyendo gente de universidad los cuales, tenían poca experiencia en negocios.
Por ejemplo, en la temporada de 1983, el roster de los clubs y personal, también como los programas oficiales, aparecieron solamente seis días antes de la inauguración de la temporada, porque la Liga no tuvo publicidad oficial.
Por lo consiguiente, esta gente siempre colocó consideraciones ideológicas y sociales encima de las necesidades económicas.
Con el dinero hecho por la ANABE en los juegos; intentó mejorar la imagen de los jugadores profesionales en la sociedad, por ejemplo:
Requiriendo que sus miembros vistieran bien cuando viajaran, haciendo clínicas para los jóvenes y animando a los niños a estar en las Escuelas. Esta situación se volvió más clara con los esfuerzos de la ANABE para mantener un equipo en la Ciudad de México.
Para 1984, sin embargo, con las condiciones económicas de México deteriorándose se quebró la habilidad de los sindicatos, del Estado, Gobiernos locales y Universidades para mantener el estado financiero del béisbol.
Muchos equipos de la Nacional cayeron en manos de empresarios privados quienes estaban contentos de tener más ganancias. Estas mentes de propietarios con ganancias y todos localizados en las provincias, vieron poca razón para que un equipo tuviera pérdidas y menos si era en el Distrito Federal, especialmente cuando se encontraban con la brutal competencia del hombre de negocios Alejo Peralta.
Dr. Jaime Cervantes Pérez en New York Library de la 5th. Ave.
Por lo consiguiente, cuando los Directivos de la Ciudad de México negaron el Parque del Seguro Social a los Aztecas; la ANABE pidió a otros equipos de la Nacional un millón de pesos a cada uno, para solventar los gastos del Aztecas. Varios propietarios se movieron para prohibir la franquicia en la Ciudad de México. Este paso, provocó un conflicto directo entre los propietarios, la ANABE, el Congreso del trabajo y aliados. En adición, los cargos se hicieron mas pesados; para que los propietarios de la Nacional se motivaran para abandonar la Ciudad de México y se hiciera un trato con Peralta.
Entre marzo y julio de 1984, el Aztecas cambió de manos cuatro veces; como el Congreso del Trabajo respaldaba a la ANABE, pelearon los propietarios para otra franquicia de la Nacional. De un lado el Congreso del Trabajo respaldando a la ANABE para mantener al equipo en la Cuidad de México y demostrar al público esta determinación ante la oposición de la Liga Mexicana.
La ANABE falló, porque les faltó respaldo político; necesario para ganar acceso al parque del Seguro Social y los recursos económicos para administrar al equipo. Los propietarios de equipos de la Nacional buscaron el dinero perdido, fuera de la Ciudad de México y encontrar un público amistoso o morir. Ellos tuvieron buena razón para evitar en lo sucesivo una confrontación y aún tener un acuerdo con el poderoso Peralta, buscando una oportunidad para integrar sus equipos dentro de la Liga Mexicana.
Cuando el Congreso del trabajo y la ANABE reunieron bastante influencia para prevenir la transferencia del equipo, los propietarios lo mudaron para estrangularlo. Ellos rehusaron invertir dinero en el equipo incluyendo el pagó de salarios y beneficios, de lo que quedara, la multa debida al IMSS. Los propietarios hicieron una lista negra y atentaron cambiar a los directivos de la ANABE.
Pablo Gutiérrez Delfín
La CONFEDERACIÓN DE PELOTEROS PROFESIONALES DEL CARIBE (CONPEPROCA) trajo a jugadores de República Dominicana, para jugar en la Nacional, los propietarios de la Liga Mexicana los amenazaron con la deportación si ellos hubieran jugado para el Aztecas.
La Liga Mexicana también colocó presión en otras áreas de la Liga para que no jugara el Aztecas. Los propietarios de la Nacional refutaron el uso de las ganancias de un All-Star Game de la Nacional  para pagar la deuda del Aztecas, en su lugar, ellos se guardaron los recibos de las puertas para si mismos. En julio la franquicia del Aztecas era solamente historia.
Mientras Jorge Ancer propietario de equipos de la Nacional en Monterrey y Reynosa; y propietario anterior del Aztecas, pidió a la Liga Mexicana que admitiera a sus dos equipos para la temporada de 1985, para el siguiente mes dieron a conocer los reportes que la Nacional, estaba retirando su equipo de Puebla.
Este movimiento de una ciudad tan importante como Puebla abrió un espacio a la Liga Mexicana y apuntando un acercamiento de la Nacional con Peralta.
La fuerza para mantener un equipo viable enfrente de las dificultades económicas y obstáculos políticos, eventualmente dejaron a la ANABE débil e internamente dividida. Aún en su temprano movimiento los jugadores habían tenido dificultad en mantener una unión frente a la oposición de los propietarios asociados, primero de la Liga Mexicana y después de la Nacional.
Serias diferencias dentro de la ANABE empezaron en 1983, cuando sus jugadores líderes decidieron jugar en la Liga del Pacífico en Invierno, aún a pesar de que algunos de ellos estaban en la lista negra.
Entonces los problemas de establecer un equipo en la Ciudad de México, exacerbaron las diferencias dentro de la sociedad.
La ANABE encabezada por Ramón Abulón Hernández, que había movido su equipo LOS METROPOLITANOS, de la Ciudad de México a Chihuahua en 1983, fue criticado por los integrantes de la sociedad, porque él estaba en una posición inadecuada para desempeñar los dos puestos. La ANABE entonces creó a una administración de tiempo completo para él, pero él tardó en llegar a México, porque el equipo de Chihuahua le pagó tres veces más su salario de lo que la ANABE le ofreció.
Hernández también fue acusado de dar demasiadas facilidades a los propietarios de los equipos de la Nacional en sus demandas y aún cortando los tratos que tenían los anabistas. Luis Meré Jugador de la ANABE Representante-Tesorero y jugador-manager del Aztecas era uno de los que más criticaron a Hernández, Meré también tuvo ataques de la oposición que tenía por estar ausente de la ciudad de México y dedicarle mucho tiempo a su equipo, que viajaba de ciudad en ciudad siempre de equipo visitante.
En julio, la ANABE destituyó a Meré por el uso no autorizado de un millón de pesos, del fondo del Sindicato de pensiones por ayudar al equipo Aztecas.
Nelson Barrera
EL FINAL
En las dos temporadas siguientes 1985 y 1986, la suerte de la NACIONAL y la ANABE fue de mal a peor. La Liga se volvió desorganizada, tan fue así que no tenía ni siquiera estadísticas oficiales, hasta mediados de la campaña de 1985 (incluyendo scores y el standings). La persona que había sido encargada, hizo el trabajo tan pobre que fue despedido y como resultado los números finalmente dados a conocer fueron abiertos a preguntas.
La Liga estaba tan mal preparada para la temporada de 1986, que la inauguración tuvo que ser pospuesta por dos semanas .La fecha que se dio después fue solo una semana antes del primer juego, en ese momento el programa de la temporada no había sido dada a conocer. Los medios y por consecuencia el público, tenían poca información de la ANABE o de la Liga.
Todos sus juegos fueron hechos en provincia y aún fallaron en dar a conocer sus noticias a la Prensa en la Ciudad de México.
Por lo consiguiente su aislamiento creció y periódicos como el Uno Más Uno que habrían sido los estandartes de este movimiento, no tenían noticias de la Liga Nacional, a excepción del juego de All Star Game celebrado en la Ciudad de México.
En esa época la desorganización la atribuyeron a unas condiciones económicas precarias de muchos equipos y en la ANABE continuaron los problemas. Varios equipos desaparecieron o cambiaron de ciudad, ya que la situación económica del País estaba muy deteriorada. Algunos equipos no sabían si ellos podrían jugar, algunos días antes de empezar la temporada. Les fue muy difícil a los equipos encontrar otras ciudades, debido a la pobre economía y las razones políticas. Estos cambios en su mejoría y estabilidad no prosperaron.
El equipo de Puebla por ejemplo, se fue a su vecino estado de Tlaxcala para la temporada de 1985. Después en 1986, cambió para la pequeñísima ciudad de Atencingo, al Sur de Puebla, claro que encontró un financiamiento del sindicato del Ingenio Azucarero de Atencingo, pero fue muy oscuro el lucimiento del equipo.
La ANABE, ahora aislada de los propietarios de la Nacional; se quedó dividida internamente y sufrió la erosión de los trabajos basados en su unión. Como resultado, no pudo proveerse económicamente o de estabilidad administrativa para mantener la Liga viva. Los jugadores continuaron expresando descontento acerca de la Sociedad o Sindicato, condenando a la directiva por la carencia de comunicación con sus integrantes.
En respuesta, los directivos de la ANABE como el Abulón Hernández, criticaron a los jugadores por no tomar parte en una actuación más activa en la organización, dejando las decisiones. Y los jugadores entonces le echaron la culpa a él. En el verano de 1985, el valor de las relaciones de la ANABE con el Congreso del Trabajo, era el respaldo financiero-político, y virtualmente terminaron cuando un seleccionado cubano hizo un serie de juegos de exhibición en México. El equipo Cubano reconocido por su calidad, ignoró a la Nacional y solamente jugó contra equipos de la Liga Mexicana. Al final de esta Serie, el CONGRESO DEL TRABAJO atendió una recepción financiada por el PRI, honorificando a los cubanos y a la Directiva de la Liga Mexicana.
Debido a las tremendas relaciones de la gente de La Liga mexicana; La ANABE y su Liga Nacional, fueron traicionados por todos.
Hasta 1986, la Nacional dio trabajo, pero no a todos los miembros de la ANABE por varios meses al año sin embargo, fueron poco firmes y muy pobres los sueldos.
Nunca en este tiempo a los jugadores de la ANABE les fueron creadas ni a ellos ni a sus familiares situaciones seguras.
Los jugadores estaban cansados de la lucha, perdiendo su entusiasmo original por el movimiento; que les demandaron muchos sacrificios dándose circunstancias muy difíciles.
Como la fortuna de la NACIONAL cayó, los anabistas empezaron a abandonar la Liga. Por ejemplo, Arturo Jiménez, quien se había unido a la ANABE en 1980 y entonces se volvió uno de los jugadores originales para el Aztecas en 1981, se fue para la ciudad de México y en la Capital ganó más dinero jugando béisbol amateur que si él se hubiera quedado en la Nacional.
Con la terminación de la Liga, todos los jugadores que se quedaron tuvieron que buscar empleo en cualquier lado, algunos dejaron el béisbol, los buenos entraron a la Liga Mexicana y pudieron firmar contratos.
Los dueños de los equipos de la Liga Mexicana para aceptar un jugador de la ANABE preguntaban a la Liga Mexicana y solamente ellos podían dar el visto bueno para jugar ahí y les decían el precio que debían pagar al jugador, otros pocos se fueron a Europa, especialmente Italia. Algunos más se quedaron a jugar en Ligas con poco prestigio, particularmente en el Sureste del País, donde ellos podrían cuando menos ir sobreviviendo. Allá la Liga Mexicana tenía muy poca influencia de control sobre el béisbol. Ignorados, aislados, endeudados y en un mercado nacional no competitivo la Nacional se dobló durante el verano de 1986, la noticia fue vagamente difundida en medio de la celebración y la publicidad que rodeaba al Soccer World Cup hecho en México durante los meses de junio y julio.
Subsecuentes esfuerzos para revivir a la Nacional o algún otro circuito usado por los jugadores de la ANABE, fue obstaculizada con firme oposición por la Liga Mexicana y su arma monopolística, LA ASOCIACIÓN DE LIGAS PROFESIONALES DE BÉISBOL DE LA REPÚBLICA MEXICANA.
En 1987 por ejemplo, el CONGRESO DEL TRABAJO usó su músculo político para admitir la ANABE y jugar en la ciudad de México en el Parque del Seguro Social, éste promoviendo a un grupo de estrellas Anabistas en una Serie de exhibición. El esfuerzo falló cuando la Mexicana demandó un gran precio por el uso del parque. Una vez más el trabajo organizado demostró su impotencia en relación al sector privado y a un gobierno indiferente.
En 1989 la ANABE hizo un último y desesperado intento para formar una Liga llamada CIRCUITO MEXICANO DE BÉISBOL (CIMEBE). Se ganó el respaldo de los presidentes de los Equipos de Tijuana y Guadalajara. Alejo Peralta había retirado sus licencias, porque ellos contravinieron las prácticas tradicionales de la Liga Mexicana: y funcionamiento demasiado independiente de Peralta; y el ser demasiado pródigo con sus jugadores.
Inmediatamente el nuevo circuito tuvo problemas. Francisco Eguiarte, el anterior propietario del Guadalajara quien ahora tiene la CIMEBE, fue un soñador desorganizado con pequeña experiencia de negociante y no el mejor socio escogido por la desesperada ANABE. En adición varias ciudades fueron presionadas por la Liga Mexicana.
En revancha a los esfuerzos para revivir la ANABE; la mexicana hizo los trámites para que su presidente Ramón Abulón Hernández fuera despedido de su posición como manager jugador del equipo Chinameca de Veracruz, de la Liga Regional del Sureste.
Además varias ciudades tuvieron presión de la Mexicana.
A los equipos de Guadalajara, Puebla y Veracruz para la siguiente temporada les prohibieron el establecimiento de equipos en la  CIMEBE.
Equiarte ya tenía tres años de contrato para usar el Estadio de la Ciudad de Guadalajara dado por su anterior equipo de La Mexicana. Cuando él quiso que su equipo de la CIMEBE estuviera aquí, la Universidad canceló el acuerdo aclarando que solamente un equipo de la Mexicana podría jugar en el Parque
Una vez que la CIMEBE empezó a jugar, la Mexicana les dijo a los umpires que no fueran a trabajar con ellos.
Momentáneamente las dificultades fueron resueltas, la CIMEBE empezó a jugar en septiembre de 1989 con seis equipos y una temporada de 62 juegos, La Liga duró una sola temporada y aún se alegraron de haber regresado por las influencias del cuerpo gubernamental, y la Comisión Nacional del Deporte (CONADE).
Esta Liga se derrumbó como sus antecesores, bajo las presiones de su principal antagonista, la Liga Mexicana y su propietario director Alejo Peralta.
Juan Navarrete Sánchez
CONCLUSION
Además de que la ANABE falló en sindicalizarse en su último intento, esto tuvo un impacto positivo en el deporte de México.
Fue el primer grupo de jugadores profesionales de México que tuvo éxito en organizar una huelga.
Ganó modestos beneficios, no solamente para sus miembros sino para otros jugadores también, en 1984 por ejemplo, la Liga Mexicana dio un plan de pensiones a sus propios jugadores en un intento de contener el descontento. En 1989 la Mexicana anunció el establecimiento de un programa de seguros de vida para jugadores y pidieron al gobierno reforzar con el 10% por equipo, para los jugadores extranjeros. Menos concretamente estableció el precedente para la cooperación del trabajo, la comunidad y la prensa, en el mundo del deporte profesional.
Por lo consiguiente, sirvió como un proceso educativo que hizo a los jugadores en México más conscientes de las contradicciones de su situación como atletas y como trabajadores.
Esta contradicción fue ampliamente marcada cuando en una respuesta directa a la ANABE los propietarios de deportes crearon un nuevo grupo antisindicato, EL CONSEJO MEXICANO DE ESPECTÁCULOS PROFESIONALES (COMEDEP) hecho por los directivos del béisbol, box, fútbol, tenis, toreo y actuación.
La experiencia de la ANABE también trajo una aguda focalización hacia el cambio de la política del trabajo del Gobierno Mexicano durante los 80’s. El aspecto más sobresaliente de ésta fue una nueva política la cual reflejó la implementación de un modelo de mercado económico libre, suplicando una reevaluación de la continua relación y viabilidad del tradicional PRI-GOBIERNO-TRABAJADOR:
1)     Se vio la indisponibilidad del gobierno para dar una protección al trabajador, no industrial, y que estén lo menos organizados posible;
2)     Respetando el gobierno al capital privado, y la fuerza para regularlo;
3)     Y Separándose el gobierno del trabajador cautivo.
El movimiento de jugadores profesionales de béisbol la ANABE y sus esfuerzos para organizarse; se volvieron la primera y mayor víctima de las reformas de un mercado libre. El trato del gobierno a los atletas reveló la emergencia de una diferente política hacia el trabajador.
Este movimiento fue algo que minó la relación tradicional oficial con los trabajadores.
Una relación contribuida por el PRI-GOBIERNO que domina a México y con un esfuerzo para modernizar las bases sobre un modelo neoliberal continuo.
Uno lógicamente se debe preguntar ¿Con este movimiento, se pone en peligro al edificio gubernamental entero del siglo XX post-Revolución Mexicana?
Puebla, México, 27 de mayo de 2006

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