Por el Dr. Jaime Cervantes Pérez
Por el año de 1943, en el Parque Puebla, Dihigo mandó a Terris Mc Duffie a la caja de coach de tercera y éste se hizo de palabras con el público en las tribunas, era de lado de sol y a través de la alambrada un fanático le aventó una navaja que le pasó a un lado del hombro, él pensó que era una piedra cuando volteó la cara hacia abajo, vio clavada la navaja en el piso, entonces agarró un bat y trató de brincarse la malla para pegarle al que le aventó la navaja, pero llegó la policía y se lo llevaron a la cárcel.
En otra ocasión el Torreón estaba jugando contra el Monterrey y Mc Duffie les tiraba a todos los bateadores a la cabeza y cuando se terminó el juego fue Dihigo y le dijo al gerente:
- Da de baja a ese negro (Mc Duffie), no lo quiero en el equipo.
Satchel jugó con los Globe Troters en USA y a los 60 años tiraba en cada juego 3 entradas, Satchel siempre se reía de los bateadores.
Aquí en El Paso, estaba jugando contra los barbones de la casa de David, iba ganando 3-2, los Barbones eran hometeam y en la última entrada estaba con dos outs, estaba el cuarto bat bateando, puso todos los jugadores cargados sobre el lado derecho, al righth fielder lo puso mero sobre la línea del righth fielder y ahí le puso tremendo batazo a las manos de este fielder, yo lo vi hacer varias veces esto.
En New York yo lo vi sentar a toda la gente y ponchar al bateador.
La batería de Satchel y Joshua Gibson cobraban en esa época mil dólares por juego, 500 para uno y 500 para el otro.
En las Ligas Mayores, todos son pastilleros; si ahora hicieran antidoping, se acababa la temporada pues expulsarían a todos.
- ¿Hay alguna cosa que recuerdes que te salió mal?
- Si, he metido la pata, una vez en Cuba, jugaba yo con Cienfuegos, Rodríguez era mi manager, estaba yo pitcheando contra Almendarez, ganaba 4 a 1, Dandrige estaba jugando para nosotros el Short Stop, me hizo tres errores seguidos y era un tremendo bateador, se acercó Rodríguez a mí y me dijo:
- Manolo te lo voy a mandar al left fielder. Viene otro bateador y me da de hit entre tercera y short y a Drandige se le va entre las piernas, viene Rodríguez y me dice:
- No Manolo, dame la pelota y yo le contesté:
- ¡No, déjame seguir pitcheando!
- ¡No Manolo, dame la pelota!
Rodríguez me quitó la pelota del guante, se volteó para llamar al relevista y en ese momento le di una patada en las nalgas. Fui a recoger mis cosas para salirme del equipo y el dueño me llamó y me dijo:
- ¿A dónde vas, Manolo a dónde vas?
Y yo le contesté:
- Me voy a salir del equipo:
- No, espera.
Al terminar el juego, llegó junto a mí con el manager e hizo que nos diéramos un abrazo y se acabó todo.
En Tampico también le metí una patada a un umpire.
En la Costa le metí un guantazo a un umpire y el Gobernador me mandó al bote.
-¿Quien ha sido el bateador más fuerte en México?
-De jomrones en una temporada lo tiene mi amigo Jack Pierce 54 en 1986 con León, Nelson Barrera; era muy amigo mío, rompió el record de mas jomrones, que tenía Espino.
Cuando Nelson jugó en la Liga Central, estaba en un Equipo Teocaltitis (no se si estará bien así, no entendí bien la grabación) había pegado en esa temporada 24 home runs y Nelson le dijo a Manolo:
-Cuando se acabe la temporada me voy a mi casa, (él era de Ciudad del Carmen).
-Si te vas es porque eres un maricón cabrón.
- Manolo, si me voy a quedar.
Yo siempre le decía Yuca, la última temporada que estuvo él con el México, yo fui a jugar con él en Jalisco, y él dio un batazo de 400 pies.
Estaba jugando primera base y aquí es el cementerio de los beisbolistas cuando ya están grandes de edad. Al día siguiente fui al juego y le dije mide de la almohadilla a la caja del coach él- me contestó-:
-Si pero no viste el homerun que metí anoche cabrón.
Lo primero que se acaba en el jugador son las piernas y los ponen a jugar en primera base.
Monumento a Héctor Espino
Estadio Monterrey
Héctor Espino era un buen amigo mío y yo le di muchos consejos, a Anuar Canavati que era el dueño de los Sultanes del Monterrey, los Cardenales de San Luis le dieron 30,000 dólares por el contrato de Espino y éste fue a jugar a las Ligas Menores una temporada y Héctor Espino le pedía el 10% de los 30,000 dólares a Canavatti, que eran 3,000 dólares, Canavatti no le quiso dar los 3,000 dólares y formó capricho y Héctor Espino también formó capricho y le dijo:
-Si no me das los 3,000 dólares no regreso a Estados Unidos.
Los dos se encapricharon y no regresó y tuvo que regresar el dinero Anuar Canavati, a los Cardenales mucha gente dice que Héctor Espino no fue a las Ligas Mayores porque no se sentía capaz, por nostalgia, no es cierto, esta es la verdadera historia, Espino debió haber sido un estrella en las Ligas Mayores.
Fernando Valenzuela
Fernando Valenzuela es íntimo amigo mío, yo trabajé con él antes de irse a los Dodgers y después cuando regresó
Cuando era coach de pitcheo para los Leones de Yucatán yo trabajaba con él y cuando regresó yo trabajaba con él como coach con los Charros de Jalisco, llegó un viernes a Guadalajara a las 10 de la noche y preguntó:
-¿Quién es el coach de pitcheo? y le dijeron:
- Manolo Fortes- y él contestó
-¡Ah qué bueno! Dile que mañana lo espero a las 10 de la mañana en el parque
Valenzuela levantaba los ojos mirando al cielo para pitchear
Cada pitcher y cada bateador tienen su estilo propio para hacerlo, si el bateador y el pitcher tienen su propio estilo y lo están haciendo bien deben seguirlo haciendo y yo le decía a Fernando:
-¿Qué carajo buscas allá arriba?- y él contestaba
-¡Para que me ayude Diosito!
Cuando llegó a Guadalajara, al día siguiente yo le decía:
-¿Qué tiempo tienes que no tiras?
-Pues, me dijo el médico, que me retiraba o descansaba un año y pues me retiré un año.
El hizo estiramientos, corrió, calentó el brazo y fue a la loma de pitcheo yo lo estaba esperando, con catcher y empezó a tirar 90 millas y antes nunca había llegado a 90, cuando hizo el tercer lanzamiento, le dije:
-Mejor vete a correr cabrón, como carajo vas a tirar esa velocidad si tienes un año que no tiras.
-¡Mejor ya voy a tirar despacio!
Fue una gran temporada y regresó a Grandes Ligas, él era muy disciplinado para el trabajo y desde joven le gustaba la cerveza, en Yucatán siendo novato cuando terminaba el juego, él y yo paseábamos con su esposa Linda, y él se tomaba cuando menos 5 cervezas en los vestidores y un día llegaba del brazo de Linda y yo le decía a ella:
-Oye no se que le ves a este gordo cabrón, Fernando contestaba:
-Es que a ella le gustan los gorditos Manolo.
Yo lo felicité porque cuando él se fue a las Ligas Mayores se hizo de dinero y famoso, Fernando me dijo que él no terminó ni la mitad de la primaria, pero se casó con Linda y ella es profesora, Linda ha sido la que le ha manejado en todo, Fernando es millonario en dólares. Yo trabajé con el hijo de Fernando es grandote, primera base y pitcher y ya lo firmó San Diego, ahora debe tener como 20 años, tremendo bateador.
Fernando ha sido un hombre de suerte, el primer juego que pitcheó con el Dodgers, lo iba a pitchear otro y media hora antes del juego le habló a Lasorda que no podía pitchear y le dijo a Fernando caliéntate, y sabes lo que le ayudó a Fernando toda la vida, la sangre fría, a él no le importaba quién fuera a batear. Tiró nueve ceros y ya se quedó y el siempre quiso pitchear 9 entradas y todos le echan la culpa a Lasorda de que lo ponía a pitchear 9 entradas, inclusive un día fue Lasorda a sacar a Fernando del montículo y éste no le quería dar la pelota, Lasorda le quitó la pelota del guante, Fernando fue al dugout se limpió el sudor y llegó Lasorda y Fernando le dio con la toalla en la cara.
Fernando explicó después:
-Yo me encabroné porque me quería sacar y yo quería seguir pitcheando.
El tenía el screw ball, nosotros le decimos sinker se lo enseñó a tirar un segunda base creo que era dominicano de Ligas Menores, Fernando me contó eso y le sale muy grande esa curva, y tenía un tremendo control sobre esa pelota, ese jugo de estrellas que ponchó a cinco, fue con esa pelota.
Los equipos con los que jugué, voy a empezar en Cuba con el Almendarez, Marianao y Cienfuegos, con el Habana no jugué. En Estados Unidos jugué dos temporadas con el New York Cubans de las Ligas Negras, estuve un año en Caracas, yo tenía otro contrato para ir a las Ligas Negras y me habla Fray Nano de México, que viniera y le dije:
-Ya tengo contrato y anticipo de las Ligas Negras, pero háblame mañana lunes.
En la noche agarré el camión y me fui a Guanabacoa, ahí vivía el dueño del equipo y le dije:
-Oye no quiero quedar mal contigo pero aquí tienes los 100 dólares que me diste y no quiero que te enojes, quiero irme a México, y él me contestó:
- Manolo, pero si pasado mañana salimos para Estados Unidos, y le dije:
-Está bien, está bien.
Me habla el lunes a las 12 del día Fray Nano y me dice:
-Consígueme a Pedro Pagés y a Carlos Blanco y mañana que estén contigo en el radio.
Pedro Pagés, jugó con el New York - Cubans
Al día siguiente me habló y me dijo que cuánto quería, yo le dije que 200 dólares libres mensuales, me dio 175 y le pregunté y ¿Pedro Pagés? Dijo:
-No llegando a México nos arreglamos.
Dos de los cinco hermanos Pasquel, exterminadores de las Ligas Mayores, Jorge a la Izquierda hace su béisbol poderoso y ofensivo; Bernardo a la derecha es persuasivo y gente de avanzada.
Llegando al muelle de Veracruz, Jorge Pasquel, nos estaba esperando con un chingo de guaruras y nos dijo:
-¿Ustedes son los peloteritos que vienen para la Liga Mexicana?
-Si señor, -le contesté-
-¿Tú como te llamas?
- Pedro Pagés, tú te vas para Puebla.
-Y tú cómo te llamas.
-Carlos Blanco.
- tú te vas para Monterrey ¿Y tú eres Manolo Fortes?, te quedas con el Unión Laguna, está jugando aquí contra mi equipo.
Tenía un súper trabuco, se jugaba tres juegos por semana y tenía 7 pitcheres inicialistas, el que menos tiraba, lo hacia de 90 millas.
En Veracruz había un periódico que se llamaba Dictamen, yo ya le había ganado a Gigantes de New York en Cuba en un juego de exhibición, pues aquí había empezado a pitchear Tomás de la Cruz y catcheaba Fermín Guerra, éste le tiró la pelota a Tomás y le voló la uña y Luque me metió de relevo y les gané 1 a 0. El Dictamen había hecho mucha propaganda, llega el día del juego, no había sacado tres outs y ya me habían hecho 5 carreras, y el público me gritaba:
-¡Hijo de puta con qué le ganaste a los Gigantes!
Al siguiente día al pitcher que estaba tirando por mi equipo, lo agarraron a palos y como yo estaba herido pedí relevar empecé a calentar y me dieron 3 hits en 6 entradas y ganamos y entonces fui a las tribunas, y les grité.
-¡Chinguen a su madre!
Cuando nosotros salimos de Veracruz, todos estaban bien borrachos, menos Bell y yo y en las cumbres de Acutlzingo, les agarró vómito a todos y él de atrás me vomitó a mí, en el camión había una peste tremenda y yo todo vomitado, cuando llegamos a México al Hotel Lafallete y nos dijeron aquí vamos a pasar la noche, yo le dije al Gerente del Equipo, no yo me regreso a Cuba, salí a conseguir un taxi todo vomitado para que me llevara a donde estaba la línea de vapores (barcos) para Cuba, lo compré porque me dijo que el domingo siguiente salía para Cuba, regresé con el boleto y al Gerente de equipo le dije, no yo me regreso a Cuba y batalló mucho el gerente para que no me regresara.
Fuimos a jugar a Monterrey y uno de los fanáticos, desde las tribunas me gritaba:
-¿Usted quién es?-me acerqué y le dije-
- Manolo Fortes y me decían:
- ¡chinga a tu madre!, yo me quería regresar a Cuba, ja, ja, ja, ja, ja
La mentada de madre en Veracruz, la vomitada en el camino y en Monterrey otra mentada, ese fue mi recibimiento en México.
En Cuba veían muchas películas mexicanas y creíamos que en México solamente había indios y aquí en México pensaban que todos los cubanos éramos negros.
Cuando jugamos en Chihuahua una noche nos sentamos en un restaurante Alcibíades Palma (negro) y yo y unos chamaquitos se daban vuelta y vuelta y por fin lo toco y les dijo a sus amigos:
-¡Hey, no se despinta, no se despinta!, ja, ja, ja, ja
Yo trabajaba con el Leones de Yucatán buscando jugadores, por ahora trabajo como entrenador de pitcher y catcher en mi escuela tenía a Pepe Navarro me lo robó ese cabrón de Calvo, este fue a buscar a los papas de Pepe y firmaron por el ,como a los 3 meses un amigo me dijo en el parque:
- Manolo, ¿Ya viste quien esta ahí?
Como a 20 metros de mí estaba Calvo y le conteste a mi amigo:
-Que chingue a su madre, ja, ja, ja, ja, ja
-¿Cual es la mejor época de un pitcher?
-Mira cuando una vez le gane a Adolfo Luque fue, me felicito y me dijo:
-¿Tu crees que eres pitcher?
-No, pero allá voy.
-Mira Manolo, los pitchers son pitchers cuando van llegando a los 30 años y cuando se cuidan y son disciplinados la mejor época son de los 25 a los 35 años.
Cuando llegué a esa época me di cuenta que Adolfo tenía razón, él estaba en un equipo sotanero el Cincinnati Reds y ganó 27 juegos en una temporada en Grandes Ligas, me dio muy buenos consejos.
Beto Ávila
Estábamos jugando y tenía yo de manager a Martín Dihigo, por entonces con Puebla jugaba Beto Ávila, llegué a Puebla a pitchearles y Beto Ávila me dio de hit, pasó el tiempo y éste mismo Puebla vino a jugar a Laredo, Beto Ávila llevaba 33 juegos de estar bateando de hit consecutivamente.
Martín Dihigo me llamó y me dijo:
-Vas a lanzar hoy pero no quiero que le pitches a la cabeza tírale correctamente, si lo paras qué bueno y si no que todo sea honrado.
Y efectivamente Beto Ávila ese día no me pegó de hit. En estos últimos años cada vez que me encuentro a Beto me dice:
-Coño Manolo, me paraste pero a la buena.
Así que esos 33 juegos los empezó conmigo en Puebla y yo lo paré en Laredo.
También me acuerdo que Tacho Santaella me enseñó a tirar la pelota ensalivada, es una pelota que viaja a 100 millas y puede ser mortal cuando no se tiene control de ella.
A Juan Suby cuando yo manejaba a Empalme se la enseñé y era un pitcher no muy bueno y cuando llegó al Tigres de Puebla, empezó a ganar 20 juegos por temporada, y siempre dijo:
-Manolo me la enseñó.
Es una pelota muy difícil de controlar, puede subir o puede bajar según se muñequee, esa fue la pelota que mató a Ray Chapman por el año de 1920, en las Major Leagues. Este era el mejor, short stop era Masón y un gran cantante. Se casó con una dama muy rica de Cleveland, Kathleen Daly, su papa creo la East Ohio Gas Company, los dos iban al beisbol.
Ray Chapman
Ray Chapman Jugaba con el Cleveland Indians que por entonces tenía un equipo muy competitivo. A mediados de Agosto, en una serie anterior al deceso Yankees había barrido al Cleveland en una serie de cuatro juegos, esto parecía mas bien un playoff.
El 16 de Agosto de 1920 se enfrentaban nuevamente Indians contra Yankees en el parque POLO GROUNDS.
Carl Mays
Por el Yankees pitcheaba Carl Mays. en la primera entrada Chapman pego un toque de sacrificio y entró la primera carrera. En la 5ª hicieron 2 carreras mas, aquí vino a batear Chapman, por tercera ocasión en el juego, era usual que el le pegara al home plate, un habito que no le gustaba a Carl Mays, pero era el estilo de Chapman.
La primera fue bola, la segunda strike, en la tercera pitcheada sonó un crujido, en el que todo el estadio lo oyó, eran 22000 gentes. La bola rodó hacia, la tercera base, Mays la fildeó como si hubiera sido un toque y tiró a la primera para hacer el out, se volteo para ver a Chapman que estaba en el suelo. La bola le había pegado en la cabeza y no en el bat y tan fuerte que se tropezó sobre el catcher Yankee, primero cayó sobre sus rodillas y después al suelo. El umpire llamó al Doctor, ya que sangraba por el oído izquierdo los jugadores de los dos equipos lo rodearon, no pudiendo hacer algo. El doctor pidió una bolsa de hielo, después de unos minutos recobro la conciencia y trato de hablar, pero no pudo, se sentó y luego se paró se dirigió al dugout, pero se cayo nuevamente y sus compañeros lo llevaron a los vestidores, mientras esperaban a la ambulancia él trató de hablar, pero no pudo, trataba de decir, el anillo de Katie, que era el de casamiento y que lo daba a guardar mientras jugaba, se lo pusieron en el dedo, y parecía que con los ojos decía gracias. Cuando llegó al St. Lawrence Hospital, se lo llevaron a rayos X, en el camino le dijo a uno de sus compañeros, no llames a Katie, si lo haces dile que estoy bien. Esas fueron sus ultima palabras.
Por rayos X encontraron fractura del hueso temporal que es del grueso de un papel es lo que se llama vulgarmente cien y en la operación encontraron el cerebro extensamente dañado, el seno lateral estaba roto, muchos coágulos, en el lado derecho también había daños considerables. A las 4:40 A. M. del 17 de agosto Chapman murió, los indios se sintieron desbastados, algunos dijeron que la pitcheada había sido a propósito a la cabeza, otros dijeron que no, todo el mundo estaba furioso, público, jugadores, directivos.
Carl Mays tuvo amenazas de muerte, algunos trataron de agredirlo, vivió sintiéndose culpable.
Durante la depresión económica perdió todos sus ahorros. Se fue a pitchear a las Ligas Menores, pues en las Mayores tuvo gente que no quería jugar, cuando él pitcheaba.
Posteriormente trabajó para los niños. A la edad de 77 años murió en El Cajón, California, USA, en el Periódico San Diego Unión, salió: “Carl Mays ‘The Yankee’ quien pitcheo y mató a un bateador en 1920, está muerto”.
El deceso de Ray Chapman es el momento más oscuro de la historia del beisbol, por ahora ya casi se olvidó ese accidente.
Mickey Owen con el Veracruz, corriendo en su primer juego en la Liga Mexicana y jugó contra el Monterrey y la altura no le hizo nada, como se suponía
Y las tribunas repletas como siempre sucedía en la “Era Pasqueleana”
Otra de las jugadas famosas de la pitcheada ensalivada fue en la Serie Mundial de 1941 entre New York Yankees y Brooklyn Dodgers con los que catcheaba Mickey Owen que vino a jugar a Mexico. Yankees estaba con dos juegos ganados y Dodgers 1, así que si ganaba empatarían la serie a 2. Y pitcheaba Hugh Casey, en la novena entrada con 2 outs y 2 strikes lanzo una ensalivada y Tommy Henrich la abanico y la pelota se le fue a Owens y Tommy se fue a la primera, el score estaba a favor de los Dodgers 4 a 3, aquí el Yankees hizo 4 carreras y gano 7 a 4.
El Yankees ganó y quedo 3 ganados, el Dodgers 1.
Al día siguiente les ganó el Yankees y con él la serie mundial.
Puebla, Pue., 12 de marzo de 2004