lunes, 18 de julio de 2011

ENTREVISTA AL SR. DON MANOLO FORTES, PARTE III

Por el Dr. Jaime Cervantes Pérez
Por el año de 1943, en el Parque Puebla, Dihigo mandó a Terris Mc Duffie a la caja de coach de tercera y éste se hizo de palabras con el público en las tribunas, era de lado de sol y a través de la alambrada un fanático le aventó una navaja que le pasó a un lado del hombro, él pensó que era una piedra cuando volteó la cara hacia abajo, vio clavada la navaja en el piso, entonces agarró un bat y trató de brincarse la malla para pegarle al que le aventó la navaja, pero llegó la policía y se lo llevaron a la cárcel.

En otra ocasión el Torreón estaba jugando contra el Monterrey y Mc Duffie les tiraba a todos los bateadores a la cabeza y cuando se terminó el juego fue Dihigo y le dijo al gerente:
- Da de baja a ese negro (Mc Duffie), no lo quiero en el equipo.
Satchel jugó con los Globe Troters en USA y a los 60 años tiraba en cada juego 3 entradas, Satchel siempre se reía de los bateadores.
Aquí en El Paso, estaba jugando contra los barbones de la casa de David, iba ganando 3-2, los Barbones eran hometeam y en la última entrada estaba con dos outs, estaba el cuarto bat bateando, puso  todos los jugadores cargados sobre el lado derecho, al righth fielder lo puso mero sobre la línea del righth fielder y ahí le puso tremendo batazo a las manos de este fielder, yo lo vi hacer varias veces esto.
En New York yo lo vi sentar a toda la gente y ponchar al bateador.
La batería de Satchel y Joshua Gibson cobraban en esa época mil dólares por juego, 500 para uno y 500 para el otro.
En las Ligas Mayores, todos son pastilleros; si ahora hicieran antidoping, se acababa la temporada pues expulsarían a todos.
- ¿Hay alguna cosa que recuerdes que te salió mal?
- Si, he metido la pata, una vez en Cuba, jugaba yo con Cienfuegos, Rodríguez era mi manager, estaba yo pitcheando contra Almendarez, ganaba 4 a 1, Dandrige estaba jugando para nosotros el Short Stop, me hizo tres errores seguidos y era un tremendo bateador, se acercó Rodríguez a mí y me dijo:
- Manolo te lo voy a mandar al left fielder. Viene otro bateador y me da de hit entre tercera y short y a Drandige se le va entre las piernas, viene Rodríguez y me dice:
- No Manolo, dame la pelota y yo le contesté:
- ¡No, déjame seguir pitcheando!
- ¡No Manolo, dame la pelota!
Rodríguez me quitó la pelota del guante, se volteó para llamar al relevista y en ese momento le di una patada en las nalgas. Fui a recoger mis cosas para salirme del equipo y el dueño me llamó y me dijo:
- ¿A dónde vas, Manolo a dónde vas?
Y yo le contesté:
- Me voy a salir del equipo:
- No, espera.
Al terminar el juego, llegó junto a mí con el manager e hizo que nos diéramos un abrazo y se acabó todo.
En Tampico también le metí una patada a un umpire.
En la Costa le metí un guantazo a un umpire y el Gobernador me mandó al bote.
-¿Quien ha sido el bateador más fuerte en México?
-De jomrones en una temporada lo tiene mi amigo Jack Pierce 54 en 1986 con León, Nelson Barrera; era muy amigo mío, rompió el record de mas jomrones, que tenía Espino.
Cuando Nelson jugó en la Liga Central, estaba en un Equipo Teocaltitis (no se si estará bien así, no entendí bien la grabación) había pegado en esa temporada 24 home runs y Nelson le dijo a Manolo:
-Cuando se acabe la temporada me voy a mi casa, (él era de Ciudad del Carmen).
-Si te vas es porque eres un maricón cabrón.
- Manolo, si me voy a quedar.
Yo siempre le decía Yuca, la última temporada que estuvo él con el México, yo fui a jugar con él en Jalisco, y él dio un batazo de 400 pies.
Estaba jugando primera base y aquí es el cementerio de los beisbolistas cuando ya están grandes de edad. Al día siguiente fui al juego y le dije mide de la almohadilla a la caja del coach él- me contestó-:
-Si pero no viste el homerun que metí anoche cabrón.
Lo primero que se acaba en el jugador son las piernas y los ponen a jugar en primera base.

Monumento a Héctor Espino
Estadio Monterrey
Héctor Espino era un buen amigo mío y yo le di muchos consejos, a Anuar Canavati que era el dueño de los Sultanes del Monterrey, los Cardenales de San Luis le dieron 30,000 dólares por el contrato de Espino y éste fue a jugar a las Ligas Menores una temporada y Héctor Espino le pedía el 10% de los 30,000 dólares a Canavatti, que eran 3,000 dólares, Canavatti no le quiso dar los 3,000 dólares y formó capricho y Héctor Espino también formó capricho y le dijo:
-Si no me das los 3,000 dólares no regreso a Estados Unidos.
Los dos se encapricharon y no regresó y tuvo que regresar el dinero Anuar Canavati, a los Cardenales mucha gente dice que Héctor Espino no fue a las Ligas Mayores porque no se sentía capaz, por nostalgia, no es cierto, esta es la verdadera historia, Espino debió haber sido un estrella en las Ligas Mayores.

Fernando Valenzuela
Fernando Valenzuela es íntimo amigo mío, yo trabajé con él antes de irse a los Dodgers y después cuando regresó
Cuando era coach de pitcheo para los Leones de Yucatán yo trabajaba con él y cuando regresó yo trabajaba con él como coach con los Charros de Jalisco, llegó un viernes a Guadalajara a las 10 de la noche y preguntó:
-¿Quién es el coach de pitcheo? y le dijeron:
- Manolo Fortes- y él contestó
-¡Ah qué bueno! Dile que mañana lo espero a las 10 de la mañana en el parque
Valenzuela levantaba los ojos mirando al cielo para pitchear
Cada pitcher y cada bateador tienen su estilo propio para hacerlo, si el bateador y el pitcher  tienen su propio estilo y lo están haciendo bien deben seguirlo haciendo y yo le decía a Fernando:
-¿Qué carajo buscas allá arriba?- y él contestaba
-¡Para que me ayude Diosito!
Cuando llegó a Guadalajara, al día siguiente yo le decía:
-¿Qué tiempo tienes que no tiras?
-Pues, me dijo el médico, que me retiraba o descansaba un año y pues me retiré un año.
El hizo estiramientos, corrió, calentó el brazo y fue a la loma de pitcheo yo lo estaba esperando, con catcher y empezó a tirar 90 millas y antes nunca había llegado a 90, cuando hizo el tercer lanzamiento, le dije:
-Mejor vete a correr cabrón, como carajo vas a tirar esa velocidad si tienes un año que no tiras.
-¡Mejor ya voy a tirar despacio!
Fue una gran temporada y regresó a Grandes Ligas, él era muy disciplinado para el trabajo y desde joven le gustaba la cerveza, en Yucatán siendo novato cuando terminaba el juego, él y yo paseábamos con su esposa Linda, y él se tomaba cuando menos 5 cervezas en los vestidores y un día llegaba del brazo de Linda y yo le decía a ella:
-Oye no se que le ves a este gordo cabrón, Fernando contestaba:
-Es que a ella le gustan los gorditos Manolo.
Yo lo felicité porque cuando él se fue a las Ligas Mayores se hizo de dinero y famoso, Fernando me dijo que él no terminó ni la mitad de la primaria, pero se casó con Linda y ella es profesora, Linda ha sido la que le ha manejado en todo, Fernando es millonario en dólares. Yo trabajé con el hijo de Fernando  es  grandote, primera base y pitcher y ya lo firmó San Diego, ahora debe tener como 20 años, tremendo bateador.
Fernando ha sido un hombre de suerte, el primer juego que pitcheó con el Dodgers, lo iba a pitchear otro y media hora antes del juego le habló a Lasorda que no podía pitchear y le dijo a Fernando caliéntate, y sabes lo que le ayudó a Fernando toda la vida, la sangre fría, a él no le importaba quién fuera a batear. Tiró nueve ceros y ya se quedó y el siempre quiso pitchear 9 entradas y todos le echan la culpa a Lasorda de que lo ponía a pitchear 9 entradas, inclusive un día fue Lasorda a sacar a Fernando del montículo y éste no le quería dar la pelota, Lasorda le quitó la pelota del guante, Fernando  fue al dugout se limpió el sudor y  llegó Lasorda y Fernando le dio con la toalla en la cara.
 Fernando explicó después:
-Yo me encabroné porque me quería sacar y yo quería seguir pitcheando.
El tenía el screw ball, nosotros le decimos sinker se lo enseñó a tirar un segunda base creo que era dominicano de Ligas Menores, Fernando me contó eso y le sale muy grande esa curva, y tenía un tremendo control sobre esa pelota, ese jugo de estrellas que ponchó a cinco, fue con esa pelota.
Los equipos con los que jugué, voy a empezar en Cuba con el Almendarez, Marianao y Cienfuegos, con el Habana no jugué. En Estados Unidos jugué dos temporadas con el New York Cubans de las Ligas Negras, estuve un año en Caracas, yo tenía otro contrato para ir a las Ligas Negras y me habla Fray Nano de México, que viniera  y le dije:
-Ya tengo contrato y anticipo de las Ligas Negras, pero háblame mañana lunes.
En la noche agarré el camión y me fui a Guanabacoa, ahí vivía el dueño del equipo y le dije:
-Oye no quiero quedar mal contigo pero aquí tienes los 100 dólares que me diste y no quiero que te enojes, quiero irme a México, y él me contestó:
- Manolo, pero si pasado mañana salimos para Estados Unidos, y le dije:
-Está bien, está bien.
Me habla el lunes a las 12 del día Fray Nano y me dice:
-Consígueme a Pedro Pagés y a Carlos Blanco y mañana que estén contigo en el radio.

Pedro Pagés, jugó con el New York - Cubans
Al día siguiente me habló y me dijo que cuánto quería, yo le dije que 200 dólares libres mensuales, me dio 175 y  le pregunté y ¿Pedro Pagés? Dijo:
-No llegando a México nos arreglamos.
 
Dos de los cinco hermanos Pasquel, exterminadores de las Ligas Mayores, Jorge a la Izquierda hace su béisbol poderoso y ofensivo; Bernardo a la derecha es persuasivo y gente de avanzada.
Llegando al muelle de Veracruz, Jorge Pasquel, nos estaba esperando con un chingo de guaruras y nos dijo:
 -¿Ustedes son los peloteritos que vienen para la Liga Mexicana?
-Si señor, -le contesté-
-¿Tú como te llamas?
- Pedro Pagés, tú te vas para Puebla.
-Y tú cómo te llamas.
-Carlos Blanco.
- tú te vas para Monterrey ¿Y tú eres Manolo Fortes?, te quedas con  el Unión Laguna, está jugando aquí contra mi equipo.
Tenía un súper trabuco, se jugaba tres juegos por semana y tenía 7 pitcheres inicialistas, el que menos tiraba, lo hacia de 90 millas.
En Veracruz había un periódico que se llamaba Dictamen, yo ya le había ganado a Gigantes de New York en Cuba en un juego de exhibición, pues aquí había empezado a pitchear Tomás de la Cruz y catcheaba Fermín Guerra, éste le tiró la pelota a Tomás y le voló la uña y Luque me metió de relevo y les gané 1 a 0. El Dictamen había hecho mucha propaganda, llega el día del juego, no había sacado tres outs y ya me habían hecho 5 carreras, y el público me gritaba:
-¡Hijo de puta con qué le ganaste a los Gigantes!
Al siguiente día al pitcher que estaba tirando por mi equipo, lo agarraron a palos y como yo estaba herido pedí relevar empecé a calentar y me dieron 3 hits en 6 entradas y ganamos y entonces fui a las tribunas, y les grité.
-¡Chinguen a su madre!
Cuando nosotros salimos de Veracruz, todos estaban bien borrachos, menos Bell y yo y en las cumbres de Acutlzingo, les agarró vómito a todos y él de atrás me vomitó a mí, en el camión había una peste tremenda y yo todo vomitado, cuando llegamos a México al Hotel Lafallete y nos dijeron aquí vamos a pasar la noche, yo le dije al Gerente del Equipo, no yo me regreso a Cuba, salí a conseguir un taxi todo vomitado para que me llevara a donde estaba la línea de vapores (barcos) para Cuba, lo compré porque me dijo que el domingo siguiente salía para Cuba, regresé con el boleto y al Gerente de equipo le dije, no yo me regreso a Cuba y batalló mucho el gerente para que no me regresara.
Fuimos a jugar a Monterrey y uno de los fanáticos, desde las tribunas me gritaba:
-¿Usted quién es?-me acerqué y le dije-
- Manolo Fortes y me decían:
- ¡chinga a tu madre!, yo me quería regresar a Cuba, ja, ja, ja, ja, ja
La mentada de madre en Veracruz, la vomitada en el camino y en Monterrey otra mentada, ese fue mi recibimiento en México.
En Cuba veían muchas películas mexicanas y creíamos que en México solamente había indios y aquí en México pensaban que todos los cubanos éramos negros.
Cuando jugamos en Chihuahua una noche nos sentamos en un restaurante Alcibíades Palma  (negro) y yo y unos chamaquitos se daban vuelta y vuelta y por fin lo toco y les dijo a sus amigos:
-¡Hey, no se despinta, no se despinta!, ja, ja, ja, ja
Yo trabajaba con el Leones de Yucatán buscando jugadores, por ahora trabajo como entrenador de pitcher y catcher en mi escuela tenía a Pepe Navarro me lo robó ese cabrón de Calvo, este fue a buscar a los papas de Pepe y firmaron por el ,como a los 3 meses un amigo me dijo en el parque:
- Manolo, ¿Ya viste quien esta ahí?
Como a 20 metros de mí estaba Calvo y le conteste a mi amigo:
-Que chingue a su madre, ja, ja, ja, ja, ja
-¿Cual es la mejor época de un pitcher?
-Mira cuando una vez le gane a Adolfo Luque fue, me felicito y me dijo:
-¿Tu crees que eres pitcher?
-No, pero allá voy.
-Mira Manolo, los pitchers son pitchers cuando van llegando a los 30 años y cuando se cuidan y  son disciplinados la mejor época son de los 25 a los 35 años.
Cuando llegué a esa época me di cuenta que Adolfo tenía razón, él estaba en un equipo sotanero el Cincinnati Reds y ganó 27 juegos en una temporada en Grandes Ligas, me dio muy buenos consejos.
 
Beto Ávila
 Estábamos jugando y tenía yo de manager a Martín Dihigo, por entonces con Puebla jugaba Beto Ávila, llegué a Puebla a pitchearles y Beto Ávila me dio de hit, pasó el tiempo y éste mismo Puebla vino a jugar a Laredo, Beto Ávila llevaba 33 juegos de estar bateando de hit consecutivamente.
Martín Dihigo me llamó y me dijo:
-Vas a lanzar hoy pero no quiero que le pitches a la cabeza tírale correctamente, si lo paras qué bueno y si no que todo sea honrado.
Y efectivamente Beto Ávila ese día no me pegó de hit. En estos últimos años cada vez que me encuentro a Beto me dice:
-Coño Manolo, me paraste pero a la buena.
Así que esos 33 juegos los empezó conmigo en Puebla y yo lo paré en Laredo.
También me acuerdo que Tacho Santaella me enseñó a tirar la pelota ensalivada, es una pelota que viaja a 100 millas y puede ser mortal cuando no se tiene control de ella.
A Juan Suby cuando yo manejaba a Empalme se la enseñé y era un pitcher no muy bueno y cuando llegó al Tigres de Puebla, empezó a ganar 20 juegos por temporada, y siempre dijo:
-Manolo me la enseñó.
Es una pelota muy difícil de controlar, puede subir o puede bajar según se muñequee, esa fue la pelota que mató a Ray Chapman por el año de 1920, en las Major Leagues. Este era el mejor, short stop era Masón y un gran cantante. Se casó con una dama muy rica de Cleveland, Kathleen Daly, su papa creo la East Ohio Gas Company, los dos iban al beisbol.
 
Ray Chapman
Ray Chapman Jugaba con el Cleveland Indians que por entonces tenía un equipo muy competitivo. A mediados de Agosto, en una serie anterior al deceso Yankees había barrido  al  Cleveland en una serie de cuatro juegos, esto parecía mas bien un playoff.
El 16 de Agosto de 1920 se enfrentaban nuevamente Indians contra Yankees en el parque POLO GROUNDS.
 
Carl Mays
 Por el Yankees pitcheaba Carl Mays. en la primera entrada Chapman pego un toque de sacrificio y  entró la primera carrera. En la 5ª hicieron 2 carreras mas, aquí vino a batear Chapman, por tercera ocasión en el juego, era usual que el le pegara al home plate, un habito que no le gustaba a Carl Mays, pero era el estilo de Chapman.
La primera  fue bola, la segunda strike, en la tercera pitcheada sonó un crujido, en el que todo el estadio lo oyó, eran 22000 gentes. La bola rodó hacia, la tercera base, Mays la fildeó como si hubiera sido un toque y tiró a la primera  para hacer el out, se volteo  para ver a Chapman que estaba en el suelo. La bola le había pegado en la cabeza y no en el bat y tan fuerte que se tropezó sobre el catcher Yankee, primero cayó sobre sus rodillas y después al suelo. El umpire llamó al Doctor, ya que sangraba por el oído izquierdo los jugadores de los dos equipos lo rodearon, no pudiendo hacer algo. El doctor pidió una bolsa de hielo, después de unos minutos recobro la conciencia  y trato de hablar, pero no pudo, se sentó y luego se paró se dirigió al dugout, pero se cayo nuevamente y sus compañeros lo llevaron  a los vestidores, mientras esperaban a la ambulancia él trató de hablar, pero no pudo, trataba de decir, el anillo de Katie, que era el de casamiento y que lo daba a guardar mientras jugaba, se lo pusieron en el dedo, y parecía que con los ojos decía gracias. Cuando llegó al St. Lawrence Hospital, se lo llevaron a rayos X, en el camino le dijo a uno de sus compañeros, no llames a Katie, si lo haces dile que estoy bien. Esas fueron sus ultima palabras.
Por rayos X encontraron fractura del hueso temporal que es del grueso de un papel es lo que se llama vulgarmente cien y en la operación encontraron el cerebro extensamente dañado, el seno lateral estaba roto, muchos coágulos, en el lado derecho también había daños considerables. A las 4:40 A. M. del 17 de agosto Chapman murió, los indios se sintieron  desbastados, algunos dijeron que la pitcheada había sido a propósito a la cabeza, otros dijeron que no, todo el mundo estaba furioso, público, jugadores, directivos.
Carl Mays tuvo amenazas de muerte, algunos trataron de agredirlo, vivió sintiéndose culpable.
Durante la depresión económica  perdió todos sus ahorros. Se fue a pitchear a las Ligas Menores, pues en las Mayores tuvo gente que no quería jugar, cuando él pitcheaba.
Posteriormente trabajó para los niños. A la edad de 77 años murió en El Cajón, California, USA, en el Periódico San Diego Unión, salió:  “Carl Mays ‘The Yankee’ quien pitcheo y mató a un bateador en 1920, está muerto”.
El deceso de Ray Chapman es el momento más oscuro de la historia del beisbol, por ahora ya casi se olvidó ese accidente.
 
Mickey Owen con el Veracruz, corriendo en su primer juego en la Liga Mexicana y jugó contra el Monterrey y la altura no le hizo nada, como se suponía
Y las tribunas repletas como siempre sucedía en la “Era Pasqueleana”
 Otra de las jugadas famosas de la pitcheada ensalivada fue en la Serie Mundial de 1941 entre New York Yankees  y Brooklyn Dodgers con los que catcheaba  Mickey Owen que vino a jugar a  Mexico. Yankees estaba con dos juegos ganados y Dodgers 1, así que si ganaba empatarían la serie a 2. Y pitcheaba  Hugh Casey, en la novena entrada con 2 outs y 2 strikes lanzo una ensalivada  y Tommy Henrich la abanico y la pelota se le fue a Owens y Tommy se fue a la primera, el score estaba a favor de los Dodgers 4 a 3, aquí el Yankees hizo 4 carreras y gano 7 a 4.
El Yankees ganó y quedo 3 ganados, el Dodgers 1.
Al día siguiente les ganó el Yankees y con él la serie mundial.
Puebla, Pue., 12 de marzo de 2004




ENTREVISTA AL SR. DON MANOLO FORTES, PARTE II

Por el Dr. Jaime Cervantes Pérez
Por entonces andaba por ahí Cocaína García y una noche, frente de la casa de mi abuelita, había una casa non santa y ahí vi a Cocaína acostado sobre una mesa con un montón de cervezas, mi prima me llamó para que yo lo viera a través de las ventanas y al día siguiente pitcheó contra el Tampico y le ganó.
Cocaína era tremendo pitcher y bateador.
Era bonachón, gordito, siempre se andaba riendo y aún burlándose de los bateadores a los que se enfrentaba, pues tenía una tremenda curva y los hacía verse muy mal.

Manuel García "Cocaína"
Jugó con el New York Cubans
A Cocaína, en una ocasión le pitcheaba Martín Dihigo y runnnnnn le pasaba el segundo strike y le gritaba desde la loma, oye negro vas a batear o no (Cocaína era negro), Cocaína le decía: Tú pitchea, tú pitchea, otra tremenda curva y Cocaína le sacaba tremendo batazo por la línea del left fielder y Cocaína se moría de risa. Naturalmente la gente al ver este tipo de show, también se moría de risa.
Yo conocí a Cocaína cuando tenía 12 años, era de un ingenio azucarero llamado Talaban y se fue a radicar a Venezuela, la gente lo quería mucho allá y vino aquí a jugar René Monteagudo y yo le mandaba con él a regalar cada año guayaberas pues le gustaba mucho andar con ellas y ahí murió hace unos cuatro o cinco años, esa es la historia de los buenos amigos que tuve.
En la Habana, Agapito y yo en el Estadio Tropical, jugábamos y apostábamos a ver quién tiraba más strikes y como los zurdos siempre son muy descontroladotes, pues yo siempre le ganaba y le ganaba la cena. Tirábamos, por ejemplo 10 rectas y 10 curvas y haber quién tiraba más strikes. En la Habana había una manzana de restaurantes de todo el mundo y allá me llevaba y  cuando yo llegaba a la Habana me decía:
-¿Qué quieres comer?
Y yo le decía quiero comer comida India y yo siempre le ganaba, apostábamos la comida con cerveza.
Siempre le bateaba muy bien a él y a Adrián Zavala, éste tiraba una recta de más de 95 millas.
En el Estadio de la Habana había un negrito que vendía quinielas y yo iba a pitchear contra Zavala y el negrito me dijo: vas a pitchear mañana y le dije no. Yo cuando no pitcheaba jugaba al center fielder y era yo el 4º bat y el negrito me dijo:
- Estás seguro que no vas a pitchear y le dije: estoy seguro y entonces el pitcher que lo iba a ser por mi equipo comenzó a vomitar y el manager me dijo:
-Manolo caliéntate.  Gané el juego y el negrito perdió todo su dinero y como no tenía para pagar tuvo que salir huyendo del parque.
A los quince días me lo encontré y me dijo:
- Coño Manolo, qué pelada me diste, me acabaste, tuve que salir corriendo de la Habana.
Otro pitcher que tuvimos allá en Puebla, fue Sandalio Consuegra.
Lo que me pasó en Progreso En otra ocasión yo jugaba en la Liga Peninsular de Yucatán, que estaba muy dura y en Progreso me tocó jugar contra Motul y estaba yo jugando en la primera base y nos iba ganando Consuegra, que pitcheaba por el Motul 2-1, por nosotros estaba pitcheando Wenceslao González, pasé a batear en el cierre de la 9ª entrada con dos outs y hombre en base  y se las saqué del parque de homerun y Consuegra agarró el bat y lo aventó a las gradas, Roberto Ortiz que estaba jugando con Consuegra le dice:
-Hey Guajiro (Consuegra) ven para acá, ¿sabes quién es ese?, es Fortes, este le pega hasta al sol, a cualquiera.
Oye Consuegra era muy bueno, con mucha velocidad, delgado
Si pero con mala suerte, porque nació “con suegra”ja,ja,ja,ja,ja
También vino otro muy bueno Santiago Wlrich para Puebla
Si había en Puebla una cuarteta con Salvatore Maglie “El Barbero de Sevilla”, Sandalio Consuegra, Adrián Zavala, Agapito Mayor
Si, Salvatore rasuraba a todos
Cuando perdonaron a los jugadores en las Ligas Mayores, que habían venido a México en New York, Maglie hizo declaraciones de que en donde había aprendido a pitchear, fue en Puebla con Adolfo Luque.

Equipo Puebla, Mayo de 1946. De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo: 1 Juan Conde; 2 Bernardo López; 3 Luis "Molinero" Montes de Oca; 4 Francisco "Cisco" Campos; 5 José Luis "Chicalón" Méndez; 6 Adolfo Luque; 7 Salvatore "Barbero" Maglie; 8 Sagua Hernández; 9 Gamo Pagés; 10 Napoleón Reyes; 11 Beto Ávila; 12 Corazón Torres; 13 Sandalio Consuegra; 14 Francisco Coimbra; 15 "Huevo" Álvarez; 16 "Chachapa" Romero; 17 Adrián Zavala y; 18 "Mosquito" Ordeñana
A Adolfo Luque yo lo tenía como papá, lo adoraba, porque desde que jugaba amateur me ayudó, yo lo respetaba y quería y él siempre deseaba que yo jugara con él, pero yo no quería, porque él tenía un carácter muy fuerte, muy violento, era bueno para los trancazos, yo sabía que si jugaba para él la amistad se iba a perder.
Me fui a Venezuela, cuando regresé en barco me estaban esperando en el muelle y  los dueños del Equipo Cienfuegos me dijeron:
- Oye Manolo lo sentimos mucho, nos dieron tres peloteros por ti y nosotros te necesitamos mucho pero también necesitamos peloteros.
Ahí estaba también Adolfo Luque que me dijo:
-Te dije que tenías que jugar conmigo.
 me pensé, ni modo, vamos al entrenamiento.
Adolfo me dio a Agapito Mayor bajo mi tutela porque a Agapito le encantaban las cervezas y me dijo:
-Tú eres el responsable, el papá de este muchacho, de ahora en adelante te vas a hacer cargo de él.
Empezaron los entrenamientos, fuimos a jugar a Santa Clara, el primer juego estaba pitcheando con nosotros Rodolfo Fernández que también había ido a México, estaba bateando Castaño y bateaba muy bien la bola alta y Adolfo Luque fue y le dijo, no le pitches alto, pitcheale bajito.
Le pitcheó más abajo de las rodillas y le sacó un podridito por arriba de la primera base y perdimos el juego.
Se acabó éste y llegamos al hotel y Adolfo Luque empezó a echar madres y dijo:
- Los pitchers a mi cuarto y empezó con Rodolfo Fernández  y le preguntó, a dónde le pitcheaste y este le contestó un poco arriba y luego preguntó a Agapito y éste le contestó también que arriba, a los demás también les volvió a preguntar, a dónde fue la pitcheada y todos le dijeron, alta, yo sabía por donde quería llegar conmigo e intente salirme, me vio y me dijo:
- ¿Dónde vas Manolo, me tienes que decir algo?, dónde fue la pitcheada y yo le dije, no pues la sacó del suelo.
Adolfo siempre andaba con la pistola, la tenía sobre la cama, revolver 22, agarró el teléfono y pidió cervezas, y dijo:
-¡Rápido!
Se las subieron y se tomó una de un solo sorbo, agarró otra y se tomó la mitad y comenzó a caminar vuelta, vuelta y vuelta, y me dijo tómate una cerveza y le dije, --No yo no tomo cerveza insistió, y le volví a repetir no tomo, y viéndome a la cara me dijo:
-Tú eres muy guapo (valiente) y yo le contesté:
-No yo no soy guapo y me dijo:
-Por qué en el juego todos me dijeron que había sido bola alta y tú me dijiste que había sido bola baja.
-¿Sabes por qué Adolfo?, porque todos esos pitchers te tienen miedo y yo gracias a Dios te respeto y te quiero pero no te tengo miedo, si la bola fue bajita, por qué te tenía yo que decir que fue alta y te voy a decir otra cosa, yo nunca había querido jugar contigo por estos momentos, ahora regresando para la Habana, me quedo en mi pueblo.
-No te vas a quedar porque tienes que jugar conmigo.
Se acaba la serie y al frente del equipo venia José María Fernández el hermano de Rodolfo, porque Adolfo viajaba en su carro y al regreso para la Habana veníamos en un autobús y le dije:
-Oye José yo me quedo en mi pueblo (Perico) y me dijo
-No paro en Perico, Adolfo me dijo que no parara en tu pueblo.
Pasando unos dos kilómetros de Perico, le dije:
-Oye para, me estoy orinando.
Y ordenó que parara el carro, me bajé, eran como las 11:00 de la noche, todo estaba muy solo y le dije:
-Yo me regreso a Perico, y me contestó:
-Coño me va regañar Adolfo, me dijo que no me parara, conteste:
-Aquí me quedo.
Tuve que caminar oscuro como cuatro kilómetros para agarrar un carro para mi pueblo, me quedé en mi casa y como a la semana vienen los dueños del Equipo Cienfuegos y me dicen.
-Manolo, te vas a regresar con el equipo ya deshicimos el trato y tenemos que regresar los tres peloteros que nos dieron.
-Y dónde vamos a jugar esta semana,
-Vamos a jugar contra el Almendarez en la Habana.
Yo me voy con ustedes ahora, y voy a pitchear ese juego contra el Almendarez.
-No porque tenemos a fulano, a mengano…
- No, no, yo tengo que pitchear ese juego.
De izquierda a derecha Ernest B. Herminway, Panchín Batista Gobernador de la Habana, hermano de Fulgencio Batista y; Adolfo Luque.  Esta era la clase de amigos que tenía Luque
Llegamos al estadio a la hora del juego y fui a calentar, las apuestas estaban 100 a 50 sobre el Almendarez y les ganamos 4 a 2 al Almendarez y Adolfo Luque a pesar de que era muy buen amigo mío él no tenia amigos; a la hora de los trancazos sacaba el fuego y yo tenía que pasar por el lado de tercera en que estaba el Almendarez y todos los jugadores se fueron y Adolfo Luque se quedó sentado, algunos de mis compañeros me dijeron.
-Oye Manolo no salgas, por ahí está Luque.
Yo sabía, yo ya lo conocía, y cuando pasamos sale Adolfo Luque detrás de nosotros, y apretando los puños me dice:
-¡Hijo de tu chingada madre!
Yo seguí subiendo  todas las escaleras y me seguía mentando la madre desde ahí hasta los vestidores yo no le hacia caso, pero no quería regresarme porque yo sabía que traía la pistola, yo me metí a los vestidores y él quería entrar también pero no lo dejaron y como a los quince días fui al parque y vi que venía él y desde que me vio yo vi que cerró los puños, me le acerqué y le pedí perdón y desde ahí volvimos a ser amigos otra vez.
Por ahí oí otra anécdota a la que le llaman El Portazo de Luque
-Si, te la voy a contar.
Ted Radcliffe, jugó con el New York Cubans
Yo estaba con el Marianao y Ted Radcliffe “Double Duty” (norteamericano negro) con el Almendarez, y vino a México con el Veracruz. Cada vez que ganaba le pedía aumento a Adolfo y a éste ya lo tenia muy cansado, entonces un domingo en la mañana le tocaba jugar contra el Marianao y le daban palos y palos y palos hasta que él aventó la pelota y se fue por el right fielder, por ahí lo siguió Adolfo, se metieron al dugout, los dos  se mentaron la madre, por ahí se estaba cambiando el hermano de Rodolfo Fernández y éste salvó a Radcliffe de algo más grave, Adolfo le metió un balazo en la pierna y cuando salió le preguntaron qué había pasado y  Adolfo dijo que había sido un portazo.
El embajador Sommer Wells de Estados Unidos en Cuba, tuvo que ver con este tremendo accidente y Luque haciendo la gran salida con valentía y dignidad hizo la aclaración y se le conoce a este accidente como, el PORTAZO DE LUQUE, esto sucedió en la temporada 1938 ó 1939.
Si Adolfo Luque era violento Radcliff no se quedaba atrás, también era violento, un día estaba jugando el Veracruz en Torreón, como a las 8 de la noche estaba jugando en la cama naipes con Bragaña y éste también era muy bravo y tienen una discusión por una banana, agarré una silla y parecía yo un domador evitando que se golpearan.
Los últimos años que pasó Adolfo Luque en las Ligas Mayores con los Gigantes de New York, en el Polo Ground llegaba a las 9:00 de la mañana y se salía a las 9:00 de la noche y en aquel entonces no se jugaba de noche, solamente de día y yo jugaba en las Ligas Negras, cerca de este parque, él duraba todo el día y Adolfo me decía si quieres tú venir a entrenar, vente a las 9:00 de la mañana, a mí me gustó siempre aprender.
Adolfo Luque estaba con los Gigantes y en el coach de primera, cuando el pitcher contrario lo estaba haciendo muy bien, él para sacarlo de concentración le mentaba la madre y en algunas ocasiones se agarraba a trancazos con los pitcheres y al pitcher lo sacaba del juego, (expulsión)
Esto mismo yo lo aconsejo en mi Libro Mi Cerebro en el Beisbol, y si el pitcher responde a la mentada de madre, ya lo sacaste de concentración y del juego, porque si se va a golpes contra ti, el umpire fácilmente lo expulsa.
- Manolo, ¿Te acuerdas de Colás?

Carlos Colás, jugó con New York - Cubans
Carlos Colás, era un cubano negro que en Laredo le ganó a un caballo; yo ví en la Habana a Jesse Owens ganarle a un caballo, Tetelo Vargas también fue otro negro que le ganó a un caballo en un pueblo de USA y Pancho García, el papá de Karim también le ganó a un caballo en Guadalajara.
Había otro  jugador muy rápido, Cool Papa Bell, bateaba a lo zurdo y a la derecha, jugó dos temporadas con el Unión Laguna, era muy callado, era mi compañero de cuarto en Torreón, no tomábamos ni fumábamos.
Con Cool Papa Bell estábamos con el Torreón jugando contra el Monterrey y él estaba en primera y pegaron un hit entre el left fielder, el short y la tercera, cayó en medio y Bell se fue de la primera sin llegar a la segunda, se cruzó para la tercera y llegó a home, nadie se dio cuenta y cuando yo llegué le pregunté:
-Oye Papa ¿Pues qué hiciste? Y me dijo:
-Pues nada más fui a la tercera sin llegar a la segunda y luego a home.
Este Bell además de ligero era muy inteligente, buen bateador yo jugué dos temporadas con él y una de contrario Él jugaba con nosotros en Torreón, en una ocasión todos los jugadores estaban borrachos y armaban gran escándalo y los corrieron  y Bell y yo éramos los únicos que no tomábamos y un sábado a las 4 de la mañana llegaron los dueños de un hotel en Laredo y ya habían corrido a los demás jugadores (de todos los hoteles los corrían por borrachos), tocaron la puerta a Bell y a mí nos dijeron que teníamos que dejar el  hotel y que si no, nos iban a enviar con la policía, así que a las 4 de la mañana él y yo con nuestras maletas andábamos buscando donde quedarnos.
Pero eso sí, a la hora de jugar, todos los jugadores negros se rompían la madre.
Aquí en México una vez jugaba con Laredo y Martín era el manager y fuimos a jugar a México y aquí estaba Raymond Dandrige que aquí le decían Mamerto y en Cuba Taluah, que era muy buen bateador, él se hizo profesional en Cuba el mismo día que yo, él jugaba con el Marianao y me dijo Martín ten cuidado con Dandrige porque no se le puede sacar out, rasúralo y así lo hice, pero se me escapó la pelota y le pegué en las costillas y me gritaba.
-¡Tú no eres mi amigo, tratas de matarme!
Talúah era el tercer bat, yo quería separarlo tantito de home, pero se me fue y salió corriendo a primera con los puños cerrados.
Cuando terminó la entrada Dihigo me dijo:
- Coño Manolo, te dije que lo rasuraras, no que lo mataras.
Había un jugador indio Roy Arquequeta, qué era de los más borrachos que he conocido con el Torreón, llegaba al juego tomado, eso era en  1940.
En 1941 llega Melo Almada de manager del Torreón, fue el primer pelotero mexicano que llegó a Grandes Ligas y se hizo muy amigo mío y me preguntó:
-¿Cómo está el equipo? y yo le dije:
-Pues si tenemos buen equipo, hay algunos novatos pero es bueno el equipo y me dijo:
-Oye aquí hay un tercera base que es borracho y yo le dije:
-Si es muy buen bateador, no habla español, hay otros dos más y me contesto:
-¡Yo no quiero un borracho aquí!
Llegó el entrenamiento y nos tocaba jugar en México y después fuimos a Veracruz, en México en tres juegos bateó 2 hits el indio y llegamos a Veracruz y bateó un hit en dos juegos y  llegamos al Gran Hotel y el indio Arquequeta, pidió permiso a Almada para tomar y no lo dejaba, pero yo le dije que lo dejara, lo dejó y Arquequeta llegó con una botella de habanero y dos cartones de cerveza, cuando regresamos tuvimos que llevarlo cargando al autobús, llegamos a México y lo tuvimos que llevar cargando al tren, a media noche lo fui a buscar porque me lo pidió Almada y lo fui a encontrar con otras personas tomando cerveza, en Torreón llegamos al Hotel Francia y lo tuvimos que llevar cargando de borracho, estuvo tres días perdido de borracho, iniciábamos serie contra el Veracruz con Ramón Bragaña, Melo Almada hizo su orden al bat, el Indio era el cuarto bat pero no estaba y no lo anoto en el orden al bat, instantes antes de comenzar el juego llegó borracho y uniformado, estaba hecho un toro y fuerte y vio el orden al bat y no estaba anotado, agarró a Melo Almada por la camisa y le dijo:

Ramón Bragaña, jugó con New York - Cubans
-¡Ponme a jugar!
En un principio no quería pero tuvo que aceptar y lo puso de cuarto bat, Bragaña estaba en su apogeo. Arquequeta  se quito la gorra se puso hielo  debajo de la gorra y ese día,  pegó el Indio Arquequeta de 5-4, cuando terminó el juego le pidió permiso a Melo Almada para echarse una cerveza y éste le dijo a Fortes.
-¡Déjalo que tome!
Melo Almada 1933
Primer mexicano en las Grandes Ligas
Melo Almada era un hombre alto blanco y en la Liga Mexicana todos los negros odiaban al que había jugado en las Ligas Mayores; en Monterrey le comenzaron a tirar a la cabeza por poco y lo matan, en México, Torreón  también querían pegarle.
Almada fue a las oficinas del Torreón y pidió que lo dieran de baja y renunció, entonces las autoridades del Torreón me dijeron que me hiciera cargo del equipo que iba a ir a jugar a Monterrey y que Melo Almada se iba a ir a la frontera a arreglar asuntos particulares y yo me hice cargo por una semana y la gente del Monterrey, bajando yo del camión me decían:
-Manolo, te felicitamos- y les dije:
- ¿Por qué?
-¡Porque eres el nuevo manager del Torreón.
-Pero si nada más es por una semana y va a regresar.- me dijeron
-No Melo no va a regresar, paso por aquí con toda la familia y se  despidió y nos dijo, no yo ya no regreso; así que tú eres el nuevo manager.
 Yo no quería manejar y regresamos a Torreón, me dirigí al gerente que era un Ingeniero y le dije:
-Se acabó mi trabajo, yo ya terminé- y me dijo:
-No, Manolo tenemos que conseguir manejador.
-¡Espera! le dije, yo tengo uno y el ingeniero me dijo:
-Quién y yo le dije:
- Martín Dihigo, está con el México y me dijo el ingeniero.
-Es que Carmona no lo va a soltar.
-Si, Carmona tiene un pitcher llamado Pullman Porter que tiene un promedio de 15 ponches por juego y si yo voy y le pido a Pullman Porter o a Martín Dihigo, Carmona me va a contestar llévate a Martín Dihigo y yo me pensé, Martín Dihigo también es manager y le hace sombra a Carmona.
Nos fuimos para México el Ingeniero y yo, llegamos a la casa de deportes de Carmona que estaba en Isabel La Católica, y le dije, venimos por Pullman Porter porque nosotros lo necesitamos en Torreón de manager, Melo Almada ya se fue, me dijo:
-Ve a ver a Martín está ahora comiendo.
Y fui a la casa de Rosell que es donde comía Martín y no estaba,  poco después llegó silbando y me decía:
-Coño Manolo cómo estás, que andas haciendo por acá
-Venimos por ti, no tenemos manager en Torreón y me dijo Carmona que te fueras a manejarlo.
-Yo no voy a ese pueblo polvoriento.
Se salió del restaurante y nos dejó hablando solos. Regresamos a ver a Carmona y le dijimos:
-Otra vez aquí y venimos a lo mismo, Martín no quiere ir, así que nos llevamos a Pullman Porter, y nos contestó:
-Vayan con el negro (Dihigo) y díganle que si no se va con ustedes mañana mismo, lo regresamos para Cuba.
-De veraz de veraz, así le decimos.
-De veraz así.
Llegamos por la noche y nos dijo Martín.
-Otra vez ustedes por aquí.
-Si Martín y por última vez nos dijo Carmona que si no te vas con nosotros te regresan a Cuba.
-Así te dijo Ernesto?
-Así me dijo, mira aquí está el ingeniero de testigo, agachó la cabeza el negro, y dijo.
-Yo me voy ahora con ustedes pero si me pagan toda la temporada por adelantado, así que hagan la cuenta.
El ingeniero, hizo la cuenta, sacó la chequera la firmó puso la cantidad y le dio el cheque a Martín, este se quedó viendo el cheque, yo le dije:
-Agarra el cheque, es bueno y él me contestó:
-¿Estás seguro que es bueno? y yo le dije:
-Sí, si es bueno.
Se quedó viendo el cheque y lo rompió, y nos dijo:
-Mañana los alcanzo a las 11 de la mañana en el tren.
Nosotros llegamos, desde las 10 de la mañana, escogimos nuestra cama, eran las 10.55 y no llegaba Martín, el ingeniero y yo pensamos, ya no viene a las 11 llegó un taxi con Martín y sus maletas, se subió y nos dijo:
-Cuál es mi cama Manolo.
El ingeniero se bajó y le pidió permiso al conductor para hablar por teléfono y avisar a Torreón que llevábamos a Martín Dihigo, cuando llegamos a Torreón estaba la estación llenísima de aficionados, bajamos el ingeniero y yo y Martín no bajaba y la gente comenzó a gritar.
-¡Mentirosos, dónde está Dihigo!
Cuando se aparece Dihigo con un traje blanco y con un panamá en la cabeza, lo agarró la gente, le quitó las maletas y lo llevó cargando desde ahí hasta las oficinas del Torreón.
Martín Dihigo le había ganado a Satchel Paige en Veracruz y le volvió a ganar en la ciudad de México, esto por el año 38 yo vine este año por primera vez con el Equipo de Beisbol Marina de Guerra, Satchel Paige venía jugando con el Agrario, y cuando yo llegué lo fui a saludar y le pregunté por qué estaba jugando aquí en México y me dijo:
-Es que ando un poco enfermo del brazo y quiero venir a reponerme aquí, pero yo creo que me regreso a mi tierra.
Puebla, Pue., 4 de marzo de 2004