Por el Dr. Jaime Cervantes Pérez
Les comentaré que dentro del béisbol mundial ha habido hombres con temperamento muy fuerte, poderosos económicamente, capaces de todo por ganar, que le tienen una gran pasión a este deporte y que son algo muy fuera de lo común; uno de ellos es el General Rafael Trujillo de República Dominicana.
Gral. Rafael Trujillo
Él se metió de lleno en el béisbol dominicano, era tan poderoso que había rebautizado a Santo Domingo como Ciudad Trujillo. Aquí las compañías americanas del azúcar eran las que promovían el béisbol.
Jugaban en ese entonces el "Santiago" y el "San Pedro de Macorit", que se habían armado muy fuertes; y el Dragones de Ciudad Trujillo.
Es probable que en este país, nunca se haya presentado al terreno de juego un equipo mejor que éste del año 1937. Ese team gastó una fortuna para firmar estrellas extranjeras latinas y norteamericanas. Trujillo tratando de imponer respeto políticamente, hizo que su equipo ganara el campeonato llevando entre los jugadores latinos a Lázaro Salazar, Miguel Solís, Silvio García, Rodolfo Fernández, Cuco Correa, Francisco “Pancho” Coimbre, Perucho Cepeda y Quintana Cepeda.
Y, entre las estrellas negras norteamericanas había dos del Salón de la Fama, Leroy “Satchel” Paige y Josh Gibson, además de Cool Papa Bell, Bill Perkins, Harry Williams, Leroy Madlock, James Bell y Sammy Bankhead.
Una tarde Chet Brewer, que jugaba con "Santiago", fue a buscar a Satchel quien jugaba por "Ciudad Trujillo", para invitarlo a tomar una cerveza como no lo encontró, le preguntó a un niño dónde estaba y éste le dijo:
- ¡En la cárcel!
Y es que Trujillo lo había puesto en custodia protectiva antes de jugar para que Satchel no se fuera de juerga.
La real fuerza que estaba contra Trujillo era la American Sugar Company; había bastante agitación contra él.
En otra ocasión, hasta el comisionado de la Liga Dominicana "forfeited" (castigó) algunos juegos a Trujillo, echando la culpa a sus fanáticos, siendo que la causa real era la agitación contra éste.
Otra vez que "Ciudad Trujillo" perdió una serie con "Santiago", sus jugadores regresaban al hotel y aquí ya los estaba esperando un escuadrón de soldados muy enojados, que empuñando sus rifles y disparando al aire gritaban:
- ¡El Presidente nunca pierde juegos, y ustedes saben que están jugando para el Presidente!
Y volvían a disparar los rifles.
Cool Papa Bell y otros negros del equipo Ciudad Trujillo estaban atemorizados y en la siguiente serie barrieron a los de Santiago.
Cuando el equipo de Trujillo ganó el campeonato, el dictador hizo una fiesta echando todo por la ventana, una fiesta latina para los jugadores americanos, con acompañamiento de balazos en la comida.
Y después todos los jugadores negros abordaron un avión Panam Clipper y regresaron a Estados Unidos para hacer un recorrido como "Trujillo All Stars" sosteniendo numerosos juegos. Era indudable que estaban contentos como los había tratado Trujillo.
Al General Trujillo lo mataron, en mi mente queda como héroe del béisbol, solo con esta clase de hombres y su amor por el beisbol se hacen grandes equipos para beneficio del país que comandó.
Jorge Pasquel
Otro personaje que en México no se puede dejar fuera, cuando se habla de gente que ha puesto todo, todo para el béisbol lo fue el Sr. Dn. Jorge Pasquel.
El 24 de febrero de 1943, alrededor de las 7 de la noche, Jorge tuvo un duelo a balazos con un empleado de aduanas apellidado Baca, a quien mató. Pero expliquemos cómo estuvo el problema.
Todo el que ha tenido necesidad de cruzar la frontera rumbo a Estados Unidos ha sabido lo que eran los guardias aduanales: groseros, prepotentes, sintiendo que se les debe pagar hasta porque lo veían a uno. Era horrible y bestial su proceder. Afortunadamente por ahora ha cambiado todo y ya no hay necesidad de enfrentarse a ellos.
Por los años de 1940, México estaba en guerra contra Alemania, Japón e Italia, y el Presidente Manuel Ávila Camacho había ordenado que se negara servicio en los restaurantes, cines y oficinas públicas a quienes no cumplían con el servicio militar. En los puentes que conectan nuestro país con Estados Unidos no se permitía el paso si no se enseñaba la cartilla militar.
Jorge Pasquel, tenía una agencia aduanal y gente trabajándole. Su agencia, como cualquier compañía aduanal, tenía almacenes de éste y del otro lado, para guardar lo que se importa y exporta. Jorge se encontraba en Laredo, Texas, hospedado en el hotel Plaza y había ordenado a uno de sus empleados al Sr. Luis Fernández que atravesara el puente para arreglar ciertos asuntos, pero el aduanal Baca no lo dejó pasar. Regresó Fernández a avisar a Jorge que no lo dejaban pasar, por lo que Jorge se dirigió al puente, que estaba muy cerca, en donde tuvo una discusión muy fuerte con el agente. Finalmente lo convenció de que dejara pasar al empleado, pues iba a arreglar asuntos importantes para México.
Parecía que ahí pararía todo y Jorge regresó al hotel. Pero más tarde, ya estando en sus oficinas de Laredo, recibió una llamada de Baca, que lo insultaba y retaba a arreglar el asunto. Jorge le dijo que nada tenía que arreglar con él y le colgó.
Almorzando en el Hotel Plaza, recibió otras dos llamadas desde el lado mexicano, Nuevo Laredo, eran de Baca, quien le decía:
- ¡Pasquel, eres un hijo de la chingada! Te espero a las 7 en Nuevo Laredo, enfrente de la Plaza.
Poco después de las cuatro de la tarde Jorge llegó al hotel, y faltando cinco minutos para las siete, el teléfono volvió a sonar:
- ¡Si eres hombre aquí te espero, estoy en la plaza!
Jorge bajó de su cuarto acompañado de su primo Roberto Pasquel. No llevaba arma alguna, pero a instancias de Roberto, que le decía que Baca era peligroso y de antecedentes violentos, consintió en ponerse al cinto su escuadra colt 38 automática, que su mismo pariente le bajó del cuarto.
Salieron del hotel y pasaron al lado mexicano. Cuando se encontró con Baca no mediaron palabra: se lanzaron dos o tres golpes y Jorge cayó al suelo: estaba tratando de incorporarse cuando Baca le hizo el primer disparo con su 45 reglamentaria, apuntándole a la cabeza. Jorge se hizo de lado instintivamente y el balazo le perforó el lóbulo de la oreja izquierda, atravesó en sedal la piel de la nuca y salió por el hombro opuesto, siguiendo una trayectoria de arriba a abajo. El segundo disparo le hirió el lado derecho del cuerpo y el tercero no dio en el blanco. Roberto Pasquel le gritaba a Jorge que sacara su pistola, mientras los curiosos veían su reacción, demasiado lenta para un momento en que se estaba jugando la vida. Apenas semi-levantado, Jorge sacó su escuadra y apuntando una eternidad (según versión de los testigos) hizo el primer disparo sobre su agresor.
El agente Baca se dobló un poco sobre sí mismo y luego corrió a buscar apoyo en uno de los coches estacionados frente a la plaza, sobre cuya salpicadera izquierda recargó el codo y en esta posición siguió disparando en vano sobre Jorge, que estaba frente a él a tres o cuatro metros.
Entonces Jorge hizo un segundo disparo y el agente Baca rodó al suelo. Todavía recibió un tercer disparo que con la natural excitación Jorge le hizo al bulto, muriendo instantáneamente el agente.
Roberto Pasquel, que había presenciado toda la escena, obligó a Jorge a abordar su coche, ambos salieron hacia Monterrey, donde fueron alcanzados por un grupo de aduanales, comandados por el Coronel Pedrazo, quienes lo aprehendieron y desarmaron. Su ropa iba manchada de sangre y lo condujeron al Sanatorio Isabel para su atención. Mientras tanto su primo Roberto solicitaba en el Juzgado de Distrito un amparo que le fue otorgado inmediatamente.
Al día siguiente llegó Ricardo Hernández Vívez, amigo suyo y jefe del Departamento Administrativo de la Secretaría de Gobernación, que había sido enviado por el Lic. Miguel Alemán. Jorge había matado en defensa propia.
En esa época de guerra todas las llamadas telefónicas entre los dos Laredos eran registradas por el FBI, que así lo comunicó. Además, hubo testimonios de los choferes del sitio de automóviles desde el cual telefoneó el agente a Jorge. También hubo testigos del duelo a balazos, quienes sostuvieron que Baca había hecho los tres primeros disparos.
A un hombre se le conoce realmente cuando se le ve actuar en momentos de apuro, y Jorge actuó como actúan los grandes hombres en esos precisos momentos.
Ing. Alejo Peralta
El día 30 de mayo de 2007, recibí el siguiente e mail, al que posteriormente le di mi respuesta:
Enviado el: Miércoles, 30 de Mayo de 2007 05:38 p.m.
Asunto: Dr. Cervantes
Sería posible comunicarme con el Dr. Cervantes personalmente? Me gustaría comentar con él mi visión de la ANABE como fan del beisbol.
Gracias
Laura Gutiérrez
-----Mensaje original-----
Enviado el: Miércoles, 30 de Mayo de 2007 07:30 p.m.
Para: 'Laura Gutiérrez Méndez'
Asunto: RE: Dr. Cervantes
Estimada Laurita:
Gracias por escribirme, si me hiciste el favor de leer el artículo de la ANABE de DAVID G. LAFRANCE, te diré que la traducción la suavice ya que el original en inglés esta muy agresivo en contra del Ing. Alejo Peralta.
Tú me haces el favor de decirme cómo nos ponemos en comunicación.
Tu amigo Jaime
A T E N T A M E N T E
Dr. Jaime Cervantes Pérez
Me parece que aquí tenemos parte de lo sucedido en el corazón del conflicto de la ANABE, es algo de lo que ya me habían platicado en la ciudad de México y que yo deseaba saber de una persona allegada al Equipo del Tigres. He preguntado a algunos jugadores de ese Tigres y solamente se ríen y no contestan.
Alejo Peralta tuvo mucho poder económico y político y con su Tigres de la Liga Mexicana, hizo cosas extraordinarias para vencer, para doblegar al contrario; su cerebro era de triunfador, fue gente que no estaba acostumbrada a la derrota en ninguna forma, probablemente si yo hubiera estado en el lugar de él, lo mas probable es que hubiera hecho lo mismo.
Laurita me escribió y decía:
Enviado el: Jueves, 31 de Mayo de 2007 09:38 a.m.
Para: 'Dr. Jaime Cervantes Pérez'
Asunto: RE: Dr. Cervantes
Estimado Doctor,
Me parece que el mejor medio de comunicación es este. Y me gustaría platicarle lo que yo personalmente recuerdo de aquella tarde en un México Vs Tigres.
Como era mi costumbre, llegué al parque de pelota entre 3 y 3.30 y comí con los muchachos del Tigres (grandes amigos míos) y me comentaron que había problemas con Vicente Peralta, catcher del equipo, que porque Alejo Peralta lo quería mandar de regreso sin pagarle nada. Estuvimos comentando la situación y dijeron que no pensaban salir al campo. Entramos al parque y me senté en mi lugar acostumbrado, por el lado de tercera, arriba del dog out. Poco tiempo después llegó Ted Ford y me dijo, 'no va a haber juego, mejor vete, a lo mejor hay bronca' y le dije que no me iba, que estaba con ellos hasta el final. Cerca de las 6 llegó mi hermana y le platiqué del asunto. Luego llegó Don Manuel y otros de la porra del Tigres y empezamos a comentar el evento. Decidimos ponernos del lado de los muchachos y apoyarlos. A la 'hora mágica' no salieron los equipos, pero de repente saltaron al campo los Tigres. Nosotros estábamos muy enojados porque habíamos quedado que no salían, pero entendimos que algo había pasado. Recuerdo perfectamente que Don Manuel consiguió un cartón y que con mi lápiz labial se hizo el cartelón 'La porra del Tigres apoya a la ANABE' y de hecho salimos en los periódicos. Después que se cantó el for feit, bajamos mi hermana y yo a ver a los muchachos y les reclamamos el haber salido. Marcos Leal nos platicó que llegó Alejo Peralta con pistola en mano y que les dijo, 'miren, a mí se me puede ir un balazo y les puedo fastidiar una pierna, tengo el poder de ocultar todo así que salen o salen'. De hecho Marcos dice que el salió sin chones (!!) y que otros nomás se pusieron los spikes y salieron rápido. De ahí nos fuimos a cenar y a comentar el hecho. Por supuesto los Diablos no salieron.
Esta es la primera parte de mi narración. Quiero comentarle que yo era la 'novia' del tigre y la que recolectaba el dinero de los home runs para los muchachos. También fui bat-girl durante un juego de estrellas. De hecho mi pasión por el beisbol es heredada de mi padre, quien siempre jugó amateur pero le encantaba sentarse a ver los juego de ligas mayores por televisión. De hecho nos llevó a la serie mundial entre los Tigres de Detroit y los Cardenales de San Louis en Missouri. También nos llevó varias veces al Astrodome en Houston.
Espero le interese mi información. También tengo guardado en algún lugar un caset con el corrido de la ANABE, que los muchachos compusieron y cantaban.
Saludos
Laura G.
COMENTARIO DEL DR. CERVANTES:
Les relataré uno de mis juegos de béisbol amateur, que con nuestro modo especial de sentir el béisbol, nunca pudimos dejarnos vencer por nada. Así fueron mis héroes que nombro arriba.
Corría el año de 1966, se iba a escenificar el Campeonato Nacional Juvenil aquí en Puebla. Se hizo una selección para representarla. Fue dirigida por Fito Hernández quien había conjuntado un equipazo. Entre ellos a Aurelio Lopez, posteriormente salió Campeón Nacional Juvenil, no perdió ni un juego.
Nuestro equipo Lonas el León era uno de los mejores de Puebla, hay mucha historia que esté en mi Libro MI RELIGIÓN Y SU DIOS TEOBOL.
En un primer juego de fogueo para ellos fue muy disputado y les ganamos.
Fito Hernández estaba muy lastimado en su orgullo, pues sabía que tenía un gran equipo, que había perdido conmigo, buscaba la revancha. Por entonces, yo me había agarrado con un umpire que trató de pegarme con la careta; le gané el golpe; le di uno en la cara y me expulsaron un año.
Fito Hernández quería la revancha. Le decía al "Pipe" Juárez que era nuestro manager, se jugara de nuevo, pero como el "Pipe" era gran amigo mío, me decía:
¡Oye, Fito quiere la revancha!
Yo le contesté:
- ¡Sí, quiere la revancha, pero voy a jugar yo!
El "Pipe" así se lo comunicó a Fito Hernández, quien en un principio decía que estaba yo expulsado, pero como el juego no era de Liga, sino de exhibición el "Pipe" le decía:
- ¡Sí juego, pero que juegue el Dr. Cervantes!
Ante esa situación Fito vio que el "Pipe" Juárez su ahijado, jalaba más de mi lado que con él que era su padrino. Para entonces ya se habían mandado a hacer los uniformes de la selección. Al "Pipe" y a todos los jugadores les había mandado a hacer una chamarra, pero la del "Pipe" llevaba una capucha especial para el frío. El "Pipe" por fin consintió en que jugara Lonas contra la Selección, pero que yo jugara también ese juego. Fito se oponía hasta que dijo:
- ¡Sí, que juegue el Dr. Cervantes. A mi no me importa!
Al llegar el día del juego en el Aquiles Serdán había un llenazo, pues la gente no cabía y estaba hasta alrededor de los outfielders, al leerse el line up en el home, Fito vio mi nombre y dijo:
- ¡El Doctor no juega!
El "Pipe" le recalcó:
- ¡Tú dijiste que aceptabas que jugara y ahora me cumples, porque si no, no jugamos!
Esto lo dijo en presencia de autoridades del béisbol de Puebla; Lic. Celerino Jiménez, Artime, Domenzain.
Hemos de advertir que el "Pipe" era el coach de Fito en la Selección y era el short stop de Lonas el León. Fito le había prometido que si ganaba Lonas El León le iba a prestar su coche una semana. Además de que, entre los uniformes de la Selección, Fito había mandado hacer la famosa chamarra con capucha para el frío del "Pipe".
Se había también acordado cobrar un peso de entrada al público. En el home después de tantas palabras y tantos enojos, Fito Hernández aceptó que yo jugara. Lo hacíamos duro, Francisco Sol estaba pitchando por la Selección con tremenda velocidad. Cuando estaba bateando "El Chale", Hernández le dio un pelotazo en el casco, tan fuerte le dio, que se lo partió, todavía noqueó "Al Chale". Don Hilario Cortes se lo llevó de inmediato al sanatorio. Después nos contaba que al Chale sólo se le iba en llorar y decir que le dolía mucho la cabeza.
Nos tocaba abrir. La novena entrada nos tenía 2 a 0 a favor de la Selección Juvenil y sólo había permitido dos hits. Me tocaba batear, pero entonces entró mi papá Leopoldo Cervantes, que tendría 56 años de edad. Entró a batear de zurdo y todos sabían que le daba, aún a su edad, duro a la bola. Francisco Sol le dio la base por bolas. El "Pipe" metió a correr por él a Eduardo Picazo; vino a batear el "Pipe" Juárez sacándole roletazo al short stop que lo jugaba Manolo Muñoz, éste trató de tirar a segunda; se arrepintió y tiró a primera. Pero el "Pipe" ya había llegado a primera; luego vino Trucíos tocó la pelota y le hicieron out. Pero teníamos hombres en segunda y tercera y venía al bat Bibiano que no había podido batear. Cerca de donde estaba Fito Hernández estaba también ahí Alfonso Domenzain que tenía una experiencia tremenda como jugador. Le dijo a Fito Hernández:
- ¡Pasa a Bibiano, dale la base por bolas!
Fito Hernández viendo la potencia con la que estaba tirando Francisco Sol, le dijo:
- ¡No, lo va a dominar de nuevo!
Pasó a batear Bibiano y con esa experiencia de hombre grande para los juegos buenos, le sacó línea de hit por el center fielder. Yo estaba en la tercera de coach. Ya había entrado una carrera y el "Pipe" al dar vuelta sobre la tercera se caía. Yo creí que lo hacía a propósito, pues ya me habían contado lo del coche y lo de la chamarra, además, que era coach de Fito en la selección. En esos momentos me acordaba de todo esto, viendo al "Pipe" caído en la tercera yo le gritaba:
- ¡O te levantas pronto o te rompo la madre!
Yo estaba muy angustiado, muy apurado.
Del center field lanzaron al home el tiro y venía derecho sobre el cátcher, pero Francisco Sol se interpuso y agarró la pelota. Se volteó a tratar de darla al cátcher, en esos momentos el "Pipe" llegaba barrido y empatábamos el juego. Hicieron los tres outs posteriormente pero el juego estaba empatado y el "Pipe" en esos momentos se encontró con Bibiano y le decía:
- Tu crees, compadre, lo que me dijo el Doctor en tercera, "si no te levantas te rompo la madre".
Cuando empatamos, todos los trabajadores de Lonas El León y gente que les caíamos bien, brincaban de gusto; se había empatado el juego. Por la selección entró a relevar el "Tato" Luna. Nos fuimos hasta cerrar la onceava entrada con casa llena y al bat Manuel Soriano; sacó tremendo batazo por el left field. Atrás de la gente, el fielder corrió (Fernando Sol), era bueno, pero con tanta gente, no alcanzó la pelota y cayó al suelo. Entraron todas las carreras. El Umpire cantó que la pelota estaba en juego y valederas las tres carreras, pues había cantado fair ball. Fito, sumamente enojado, había dicho que el público había estorbado al fielder y que no valía. Después de media hora de alegatos, Bibiano yendo ante el público de las tribunas les gritaba:
- ¡Cristianismo sí!, ¡Comunismo no!. - y el público lo coreaba- .
Fito se retiró con su equipo y con el trofeo que había donado para el ganador. Yo no creía cómo habíamos podido sacar este juegazo, pero todo nuestro equipo era pura gente que no se daba por vencido hasta el último out; que tratábamos todos de sacar ventaja hasta de la menor cosa mala que hiciera el contrario. Todos tenían mucha experiencia, todos eran muy buenos.
Después de terminado el juego el "Pipe" estaba parado esperando su camión en el jardín de Santiago el Garita- Panteón, pasé y le dije:
- ¡Te felicito, "Pipe", jugaste con sinceridad! En un principio no creí en ti. Pensé que ibas a cambiar el juego por el coche y la chamarra.
Y el Pipe me contestó:
- ¡Doctor yo soy derecho, si estoy jugando con Lonas El León y lo estoy dirigiendo, juego para ganar, me gusta ser sincero conmigo mismo y con el béisbol.
Yo le contesté:
- "Pipe" y la chamarra y el coche.
Y el "Pipe" me contestaba:
- Eso no es importante, lo importante son los juegos y me contagias de lo duro que eres y cómo juegas.
Puebla, México, 16 de junio de 2007