jueves, 30 de junio de 2011

ANABE PARTE IV

EL SINDICATO DE BÉISBOL, ¿AYUDARÍA O NO?
(ANABE)
Por el Dr. Jaime Cervantes Pérez
 EVOLUCIÓN DE LA ANABE
 La ANABE manejó y completó la temporada 1981 y cuatro temporadas más, doblándose durante la campaña de 1986. Aún con el éxito inicial y lo osado por sobrevivir fue excesivamente difícil, a lo largo de estos años.
Tres factores mayores contribuyeron a la terminación de esta labor rebelde:
  1. Un clima de economía y política muy hostil
  2. Una competencia e interferencia con la Liga Mexicana y la intervención de un poderoso hombre de negocios, Alejo Peralta
  3. La división dentro de la coalición de la ANABE-NACIONAL
El movimiento de la ANABE y el nacimiento de la NACIONAL, vinieron en un rato propicio en el pico del auge económico del petróleo de México; los últimos años de los 70’s y los primeros de los 80’s.
Esta Era del dinero fácil ayudó al éxito de la ANABE, facilitada por la ayuda de un variado grupo, incluyendo el del CONGRESO DEL TRABAJO; no obstante la renuente ayuda del gobierno de López Portillo.
Dos eventos sin embargo cambiaron la relativa favorable economía y la política en 1982. Con el colapso de los precios del petróleo y los aumentos de los intereses internacionales de su deuda externa, México aún con todos los intentos y propósitos se declaró en bancarrota. El País entró a su peor crisis económica de décadas. La bancarrota aceleró la devaluación del peso y la restricción del cambio, aumentando la inflación y cayendo los impuestos. Para los equipos de béisbol esta situación probó tener un doble golpe. Devaluaciones y restricciones de los movimientos del dinero (la limitación en la compra de dólares) En el comercio internacional, el pago de deudas de México fue muy difícil, como también la importación de equipos hechos fuera y la paga en dólares a los jugadores extranjeros.
Al mismo tiempo la inflación hizo que se rebajara el sueldo a los jugadores y a la gente que prestaba sus servicios en la organización de los juegos, y en general a toda la multitud.
El Gobierno, a todos los niveles, tuvo que hacer frente rápidamente a la necesidad de una reducción económica, los bancos incautaron las cuentas y principalmente a los que las tenían en dólares.
Dr. Cervantes.-Yo estaba viviendo en esa época en el Paso Texas, y tenía a mis hijos estudiando en universidades de ahí, mis ahorros, que los tenía en dólares los pasé a Ciudad Juárez, porque daban más interés, casi el 100% mensual y de repente López Portillo ordenó que se congelaran las cuentas; y perdí todos mis ahorros, es la única vez que arrastrando mi orgullo y dignidad fui a pedir prestado con personas que nunca había tratado, para las escuelas de mis hijos, ahora ya son profesionistas y ciudadanos americanos, así es la vida, pero logramos nuestros objetivos, ¡y nos levantamos nuevamente!; desde entonces juré no volver a tener mis ahorros en bancos de México.
Los equipos de la Nacional no tuvieron más que elevar el precio de los tickets; pero esta alternativa redujo la cantidad de aficionados que iban a los parques.
En medio de esta tormentosa crisis hubo un cambio de Presidente y vino como mandatario Miguel de la Madrid (1982-1988) quien no tenía ni los medios económicos ni la inclinación de mirar sobre el apuro de los jugadores y menos la preocupación por ellos. A diferencia de López Portillo, no era populista ni con mucho dinero a la mano, él y su gobierno cooperaron con el Sector Privado como un medio para rescatar la economía.
Por lo consiguiente, vino el activismo sobre el trabajo que tuvo que ser controlado. Se vio la necesidad, de tranquilizar a los trabajadores, ya que era una tarea para la seguridad nacional y como un intento de dar al mundo una imagen de un México estable, con el objeto de lograr una mejor inversión del capital internacional y animar a renegociar la enorme deuda externa de México.
Normalmente quien manejaba los problemas del trabajo, es el Secretario del Trabajo.
En esa época estaba el Lic. Pedro Ojeda Paullada; pero De la Madrid asignó las dificultades del trabajo a la Secretaría de Gobernación al frente de la cual estaba Manuel Bartlett, que es un político de línea dura, esto era parte, como habíamos dicho antes, por la seguridad nacional.
Una vez que la Liga Nacional fue creada en 1981, la Liga Mexicana y sus directivos, continuaron la pelea para tomar medidas y acabar con este movimiento Insurgente.
Públicamente ellos eran los oponentes de la ANABE conforme a la Ley; pero privadamente conspiraron para destruir el movimiento, ya sea por los medios legales o ilegales.
Los jugadores de la ANABE quedaron en la lista negra de la Liga Mexicana y sus ligas aliadas. Las MLB rehusaron reconocer la Nacional y solo, renuentemente trataron con los miembros de la ANABE.
Los gobiernos locales y los empresarios privados quienes defendieron a la Nacional y quienes contribuían con fondos, también sintieron presión para terminar con la Liga, mientras Peralta constantemente ayudaba a las franquicias de equipos en su propia Liga para tomar ventaja de las dificultades de sus oponentes.
En un intento para atraer muchos fanáticos a expensas de la Nacional, los propietarios de los equipos de la Mexicana contrataban extranjeros adicionales y alteraban los juegos.
Ellos rutinariamente ignoraron las reglas de límite de salarios y pago a extranjeros; las cantidades extras eran pagadas debajo de la mesa o escondidas en los bonos y gastos. La capacidad ofensiva de los equipos en un esfuerzo para hacer el juego más excitante fue, acercar las bardas y tolerando el uso de bats y pelotas alteradas. Como resultado los hits, las carreras, número de homeruns, aumentaron dramáticamente.
Sobre esta carrera las conexiones de la Liga Mexicana debido a sus influencias sobre la media, hicieron mucho daño a la ANABE y su joven circuito la Nacional; los periodistas ignoraron el movimiento o le dieron una imagen negativa echándole la culpa de que arruinaba al béisbol y a los empleos de los jugadores.
Carlos Calderón de la Barca, editor de “La Afición”, que era el periódico de deportes más grande de la ciudad, con muchas conexiones de las industrias de la nación, también sirvió como directivo de las relaciones públicas para los Diablos Rojos de la Mexicana en la Ciudad de México y Las Águilas de Mexicali en el Pacífico.
Otro escritor importante Tomás Morales, con conexiones a “La Afición” y a los magazines de deportes “Hit” sirvió como anotador de la Liga Mexicana.
Muchos otros reporteros también escogieron el aceptar un estímulo de aquellos para los cuales los escritores escribían, más que negociar con la nueva Liga.
Dr. Cervantes.- Les diré que los escritores tenían que mantener una familia, que ellos no son ricos y las necesidades los orillaron a aceptar este tipo de trabajo, ¡yo lo hubiera hecho!
Sin embargo a 26 años, creo que la familia del beisbol esta cambiando, como por ejemplo: el propietario del Equipo México, Sr. Alfredo Harp Helú, aseguró que el Abulón Hernández tiene las puertas abiertas para ingresar al recién creado Salón de la Fama de los Diablos Rojos.
Sr. Alfredo Harp Helú
Los medios electrónicos también sucumbieron a las influencias de la Mexicana. Antes de la huelga, el béisbol de la Mexicana no aparecía regularmente sobre la televisión; por el rating bajo de audiencia. Entonces en 1982 la Nacional ganó acceso a las transmisiones del Gobierno, IMEVISIÓN con transmisiones de fin de semana.
Un año después sin embargo, IMEVISIÓN terminó la relación con la Liga, cuando Peralta le dio la transmisión con la condición de que no salieran los juegos de la Nacional, ni aún los reportes de los escores sobre la transmisión de noticias.
En 1984, IMEVISIÓN empezó mostrando los juegos de la Liga Mexicana sobre los fines de semana. Mientras tanto, la poderosa estación de radio XEX, propiedad del monopolio de la Media Privada, Televisa, continuó la transmisión de juegos de la Liga Mexicana de una manera diaria. La Nacional sin embargo falló para encontrar una transmisión frecuente de radio.
ESTABLECIENDO UN EQUIPO EN LA CIUDAD DE MÉXICO
La economía y la política deteriorada después de 1981, combinados con el ataque masivo sobre la ANABE y su Nacional por los principales oponentes, la Liga Mexicana, resultaron una constante inseguridad e inestabilidad. Con estos factores era especialmente difícil crear un clima para franquicias estables. Por cierto al empiezo de la temporada de 1986 solamente dos de los ocho equipos originales, Durango y Zacatecas, continuaron jugando en la Liga y varios equipos tuvieron que moverse más de una vez.
Puede ser que la mejor ilustración del problema en establecer y mantener un equipo, fue el esfuerzo hecho por la ANABE y la Liga Nacional para asegurar una presencia en la Ciudad de México.
Un equipo existente en la capital no solamente permite tener una cantidad grande de fanáticos, sino también como consecuencia tener acceso a la Media Nacional, al Gobierno, y Sindicatos, tres potenciales aliados importantes.
Cuando se abrió la temporada de 1981, el Equipo de la Ciudad de México de la Nacional, LOS METROPOLITANOS ROJOS, no tenían parque en la Ciudad, autoridades del Distrito Federal sobre los cuales el Presidente tenía mando, negaron permiso al equipo de la Nacional de usar en la Ciudad de México, el parque principal que pertenecía al Seguro Social y se le llamaba Estadio del Seguro Social.
Aquí los dos equipos de la Mexicana de Alejo Peralta, el Diablos Rojos y El Tigres jugaban.
Los Metropolitanos entonces buscaron tener un acceso permanente a otro parque, el de la Magdalena Mixhuca. El equipo había sido admitido para tener entrenamiento de pre-temporada; pero el director les negó lo requerido. A fines de julio después de repetidos ruegos del CT, del Distrito Federal y renuentemente autorizaron al equipo para jugar en La Magdalena Mixhuca.
Finalmente los financieros del equipo, dos grupos de la iniciativa privada, fallaron en juntar dos millones de pesos mensualmente que eran el pago del equipo y se salieron. Los jugadores preocupados, tocaron puertas y nuevos inversionistas. Y como para atraer a los fanáticos, los niños fueron admitidos en los parques sin que pagaran. Se intentó transmitir los juegos por radio y vender bonos al público en general. Las pláticas empezaron con los sindicatos y como un apoyo el Banco Obrero ofreció un préstamo y en retorno se le daban los derechos de mantener la contabilidad del equipo y promesas de que otro grupo en la Liga, ayudara a pagar la deuda. Como resultado los ANABISTAS y otros equipos contribuyeron con el 5% de sus salarios, no sin estar enojados. También, La Nacional contribuyó con la mitad de ganancias de los juegos de Play Off que se efectuaron en octubre de 1981.
Los problemas económicos continuaron sobre los METROPOLITANOS durante la temporada de 1982. Buscaron financiamientos oficiales e intereses en los negocios en Ciudad Sahagún, Hidalgo, asi como el de los sindicatos de esa ciudad industrial localizada al norte de México. El equipo tuvo su entrenamiento de primavera ahí, y aún pensaron en jugar en el mismo lugar regularmente. La iniciativa falló forzando a la Nacional para pedir ayuda a los otros equipos, quienes estuvieron de acuerdo en ayudar a los gastos de los metropolitanos como alimentos, casa, viajes.
Para el final de la temporada de 1982, los directivos de la Nacional decidieron que ellos no serían capaces de mantener un equipo en la Ciudad de México, si éste no jugaba en el Parque del Seguro Social. Porque su parque de la Magdalena Mixhuca no tenía luces y por esta razón jugaban en las tardes. Como resultado, pocos de los fanáticos de la clase trabajadora podrían asistir a los juegos durante la semana. Por lo consiguiente cuando se renovaron los esfuerzos para que el Congreso del Trabajo ayudara a tener acceso al Parque del Seguro Social, de nuevo fallaron el cambio de Parque.
LOS METROPOLITANOS ROJOS encontraron nuevo hogar en el estadio de la ciudad de Chihuahua y el equipo se volvió LOS CENTAUROS. La transferencia fue hecha en secreto para no frustrar y que la Liga Mexicana colocara presión sobre los directivos de Chihuahua y sabotear el trato, en la Ciudad de México no tuvieron equipo de la Nacional en la temporada de 1983.
Finalmente en 1984, bajo presión intensa del CONGRESO DEL TRABAJO y sobre extremosas objeciones de la Liga Mexicana, los oficiales del Gobierno acordaron que el equipo de La Nacional podría jugar en el Parque del Seguro Social.
La Nacional de la ANABE accedió con la condición de que sería su casa oficial. Ellos estuvieron de acuerdo en vaciar el parque en un mínimo de tres horas antes del juego de la Liga Mexicana y mantener las áreas limpias.
Por consiguiente la Liga Mexicana tuvo la preferencia para los programas de los juegos, haciendo pensar que el equipo de la nacional habría de estar satisfecho con jugar en las tardes durante la semana y en la noche los fines de semana.
El nuevo equipo llamado Aztecas correría como una cooperativa financiada de otros equipos de la Liga y el Congreso del Trabajo.
El primer juego en el Estadio del Seguro Social contra Durango en marzo de 1984, atrajo varios miles de fanáticos, el optimismo generado por esto fue inmediatamente transformado en preocupación. El Instituto Mexicano del Seguro Social, que era el que tomaba cuidado del Parque, acusó al Aztecas de varias partes de este contrato, incluyendo estar más tiempo de lo admitido y dejando sucia el área. Como resultado el Aztecas recibió cinco millones y después dos millones de pesos, de multa el cual no pudieron pagar.
¡La Nacional había caído en una trampa¡
Varios días después, el Aztecas atentó jugar un segundo juego en el parque aún con la intervención del líder del trabajo Fidel Velázquez, las autoridades de la ciudad ordenaron el cierre del parque para el equipo, hasta que se pagara la multa.
En protesta, mil quinientos fanáticos enojados bloquearon la Avenida Cuauhtémoc, esta avenida es muy transitada y no estuvo disponible. Hubo amagos de la policía secreta y sin posibilidades de apelar al Presidente De La Madrid quien estaba fuera del País, los directivos de la ANABE y de la NACIONAL decidieron evitar cualquier confrontación.
Entonces en un acto conciliatorio, la ANABE y la NACIONAL ofrecieron pagar la multa y tener negociaciones abiertas sobre un nuevo acuerdo (un millón de pesos fue pagado en una semana).
En respuesta la ciudad y el Instituto Mexicano del Seguro Social tomaron una línea dura acusando al Aztecas de infracciones adicionales, incluyendo una falta de seguridad en el parque, venta ilegal de tickets y demandando el depósito de diez millones de pesos, además pagos adicionales por el pizarrón y el sistema de sonido.
Un periódico dio la noticia, que un directivo usó sus conexiones con el Jefe de la Policía Arturo “Negro” Durazo para influir en el Seguro Social.
De nuevo la intervención del Congreso del trabajo de México apoyando al Aztecas tuvo poco efecto. El Congreso del Trabajo en este conflicto fue inhábil para darle fuerza ante la indiferencia del Gobierno y la hostilidad del propietario.
En la Secretaría de la Defensa Nacional, el Gral. Enrique Cervantes Aguirre,
y el  Dr. Jaime Cervantes Pérez
Dr. Cervantes.- Hace muchos años, en el aeropuerto de la Ciudad de México, me encontré a otro de mis compañeros de la Secundaria, el Gral. De Brigada del Estado Mayor, Juan Manuel Aguilar Ortiz, es probable que trabajara con Arturo Durazo, “El Negro”, me presentó con él y lo noté osco, prepotente, muy corriente en el trato, se corría mucho el rumor entonces, de que no era General.
Años después, lo comparaba con otro compañero que si era General, que sí era egresado de la Escuela Militar, y qué tiene el trato fino, de hombre culto; cuando lo saludé, le dije con mucho respeto:
- Me siento orgulloso de haber sido su compañero mi General, y me contestó:
- No me hables de usted, tú y yo como siempre.
Y yo le dije, me siento muy orgulloso de haber estado contigo en la Secundaria.
Y me contestó:
- Ahora tú debes de platicar que el que se siente orgulloso de haber sido tu compañero, soy yo.
¡Qué deferencia tan grande me hizo!, el Gral. Enrique Cervantes Aguirre, quien fue Secretario de la Defensa Nacional con el Lic. Zedillo, Ex- Presidente de la República Mexicana.
Hay muchas anécdotas que platicar de él y mías, pero esto ya no sería béisbol.
Arturo Durazo Moreno "El Negro”
Arturo Durazo Moreno, “El Negro”, quien dicen que no alcanzó a terminar la primaria, estuvo muy metido en contra de la ANABE. López Portillo lo protegió y le entregó la Dirección General de Policía y Tránsito del Distrito Federal. Fueron muchas las historias de horror que corrieron sobre este personaje a quien el presidente permitía usar cinco estrellas de ''general'' -se supone que el único general de cinco estrellas es el Presidente.
Durazo buscó que le impusieran el  título ''honoris causa'' de toga y birrete, en instituciones como el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, presidido por el ejemplar Salvador Martínez.
Cuando yo leía esto en los periódicos, me sentía avergonzado, de su pobre nivel intelectual y que solo por el poder que tenía, obligara a instituciones de mucho prestigio académico, arrodillarlas a sus pies.
Puebla, México, 18 de mayo de 2006
Continuará …

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