lunes, 18 de julio de 2011

ENTREVISTA AL SR. DON MANOLO FORTES, PARTE II

Por el Dr. Jaime Cervantes Pérez
Por entonces andaba por ahí Cocaína García y una noche, frente de la casa de mi abuelita, había una casa non santa y ahí vi a Cocaína acostado sobre una mesa con un montón de cervezas, mi prima me llamó para que yo lo viera a través de las ventanas y al día siguiente pitcheó contra el Tampico y le ganó.
Cocaína era tremendo pitcher y bateador.
Era bonachón, gordito, siempre se andaba riendo y aún burlándose de los bateadores a los que se enfrentaba, pues tenía una tremenda curva y los hacía verse muy mal.

Manuel García "Cocaína"
Jugó con el New York Cubans
A Cocaína, en una ocasión le pitcheaba Martín Dihigo y runnnnnn le pasaba el segundo strike y le gritaba desde la loma, oye negro vas a batear o no (Cocaína era negro), Cocaína le decía: Tú pitchea, tú pitchea, otra tremenda curva y Cocaína le sacaba tremendo batazo por la línea del left fielder y Cocaína se moría de risa. Naturalmente la gente al ver este tipo de show, también se moría de risa.
Yo conocí a Cocaína cuando tenía 12 años, era de un ingenio azucarero llamado Talaban y se fue a radicar a Venezuela, la gente lo quería mucho allá y vino aquí a jugar René Monteagudo y yo le mandaba con él a regalar cada año guayaberas pues le gustaba mucho andar con ellas y ahí murió hace unos cuatro o cinco años, esa es la historia de los buenos amigos que tuve.
En la Habana, Agapito y yo en el Estadio Tropical, jugábamos y apostábamos a ver quién tiraba más strikes y como los zurdos siempre son muy descontroladotes, pues yo siempre le ganaba y le ganaba la cena. Tirábamos, por ejemplo 10 rectas y 10 curvas y haber quién tiraba más strikes. En la Habana había una manzana de restaurantes de todo el mundo y allá me llevaba y  cuando yo llegaba a la Habana me decía:
-¿Qué quieres comer?
Y yo le decía quiero comer comida India y yo siempre le ganaba, apostábamos la comida con cerveza.
Siempre le bateaba muy bien a él y a Adrián Zavala, éste tiraba una recta de más de 95 millas.
En el Estadio de la Habana había un negrito que vendía quinielas y yo iba a pitchear contra Zavala y el negrito me dijo: vas a pitchear mañana y le dije no. Yo cuando no pitcheaba jugaba al center fielder y era yo el 4º bat y el negrito me dijo:
- Estás seguro que no vas a pitchear y le dije: estoy seguro y entonces el pitcher que lo iba a ser por mi equipo comenzó a vomitar y el manager me dijo:
-Manolo caliéntate.  Gané el juego y el negrito perdió todo su dinero y como no tenía para pagar tuvo que salir huyendo del parque.
A los quince días me lo encontré y me dijo:
- Coño Manolo, qué pelada me diste, me acabaste, tuve que salir corriendo de la Habana.
Otro pitcher que tuvimos allá en Puebla, fue Sandalio Consuegra.
Lo que me pasó en Progreso En otra ocasión yo jugaba en la Liga Peninsular de Yucatán, que estaba muy dura y en Progreso me tocó jugar contra Motul y estaba yo jugando en la primera base y nos iba ganando Consuegra, que pitcheaba por el Motul 2-1, por nosotros estaba pitcheando Wenceslao González, pasé a batear en el cierre de la 9ª entrada con dos outs y hombre en base  y se las saqué del parque de homerun y Consuegra agarró el bat y lo aventó a las gradas, Roberto Ortiz que estaba jugando con Consuegra le dice:
-Hey Guajiro (Consuegra) ven para acá, ¿sabes quién es ese?, es Fortes, este le pega hasta al sol, a cualquiera.
Oye Consuegra era muy bueno, con mucha velocidad, delgado
Si pero con mala suerte, porque nació “con suegra”ja,ja,ja,ja,ja
También vino otro muy bueno Santiago Wlrich para Puebla
Si había en Puebla una cuarteta con Salvatore Maglie “El Barbero de Sevilla”, Sandalio Consuegra, Adrián Zavala, Agapito Mayor
Si, Salvatore rasuraba a todos
Cuando perdonaron a los jugadores en las Ligas Mayores, que habían venido a México en New York, Maglie hizo declaraciones de que en donde había aprendido a pitchear, fue en Puebla con Adolfo Luque.

Equipo Puebla, Mayo de 1946. De izquierda a derecha y de arriba hacia abajo: 1 Juan Conde; 2 Bernardo López; 3 Luis "Molinero" Montes de Oca; 4 Francisco "Cisco" Campos; 5 José Luis "Chicalón" Méndez; 6 Adolfo Luque; 7 Salvatore "Barbero" Maglie; 8 Sagua Hernández; 9 Gamo Pagés; 10 Napoleón Reyes; 11 Beto Ávila; 12 Corazón Torres; 13 Sandalio Consuegra; 14 Francisco Coimbra; 15 "Huevo" Álvarez; 16 "Chachapa" Romero; 17 Adrián Zavala y; 18 "Mosquito" Ordeñana
A Adolfo Luque yo lo tenía como papá, lo adoraba, porque desde que jugaba amateur me ayudó, yo lo respetaba y quería y él siempre deseaba que yo jugara con él, pero yo no quería, porque él tenía un carácter muy fuerte, muy violento, era bueno para los trancazos, yo sabía que si jugaba para él la amistad se iba a perder.
Me fui a Venezuela, cuando regresé en barco me estaban esperando en el muelle y  los dueños del Equipo Cienfuegos me dijeron:
- Oye Manolo lo sentimos mucho, nos dieron tres peloteros por ti y nosotros te necesitamos mucho pero también necesitamos peloteros.
Ahí estaba también Adolfo Luque que me dijo:
-Te dije que tenías que jugar conmigo.
 me pensé, ni modo, vamos al entrenamiento.
Adolfo me dio a Agapito Mayor bajo mi tutela porque a Agapito le encantaban las cervezas y me dijo:
-Tú eres el responsable, el papá de este muchacho, de ahora en adelante te vas a hacer cargo de él.
Empezaron los entrenamientos, fuimos a jugar a Santa Clara, el primer juego estaba pitcheando con nosotros Rodolfo Fernández que también había ido a México, estaba bateando Castaño y bateaba muy bien la bola alta y Adolfo Luque fue y le dijo, no le pitches alto, pitcheale bajito.
Le pitcheó más abajo de las rodillas y le sacó un podridito por arriba de la primera base y perdimos el juego.
Se acabó éste y llegamos al hotel y Adolfo Luque empezó a echar madres y dijo:
- Los pitchers a mi cuarto y empezó con Rodolfo Fernández  y le preguntó, a dónde le pitcheaste y este le contestó un poco arriba y luego preguntó a Agapito y éste le contestó también que arriba, a los demás también les volvió a preguntar, a dónde fue la pitcheada y todos le dijeron, alta, yo sabía por donde quería llegar conmigo e intente salirme, me vio y me dijo:
- ¿Dónde vas Manolo, me tienes que decir algo?, dónde fue la pitcheada y yo le dije, no pues la sacó del suelo.
Adolfo siempre andaba con la pistola, la tenía sobre la cama, revolver 22, agarró el teléfono y pidió cervezas, y dijo:
-¡Rápido!
Se las subieron y se tomó una de un solo sorbo, agarró otra y se tomó la mitad y comenzó a caminar vuelta, vuelta y vuelta, y me dijo tómate una cerveza y le dije, --No yo no tomo cerveza insistió, y le volví a repetir no tomo, y viéndome a la cara me dijo:
-Tú eres muy guapo (valiente) y yo le contesté:
-No yo no soy guapo y me dijo:
-Por qué en el juego todos me dijeron que había sido bola alta y tú me dijiste que había sido bola baja.
-¿Sabes por qué Adolfo?, porque todos esos pitchers te tienen miedo y yo gracias a Dios te respeto y te quiero pero no te tengo miedo, si la bola fue bajita, por qué te tenía yo que decir que fue alta y te voy a decir otra cosa, yo nunca había querido jugar contigo por estos momentos, ahora regresando para la Habana, me quedo en mi pueblo.
-No te vas a quedar porque tienes que jugar conmigo.
Se acaba la serie y al frente del equipo venia José María Fernández el hermano de Rodolfo, porque Adolfo viajaba en su carro y al regreso para la Habana veníamos en un autobús y le dije:
-Oye José yo me quedo en mi pueblo (Perico) y me dijo
-No paro en Perico, Adolfo me dijo que no parara en tu pueblo.
Pasando unos dos kilómetros de Perico, le dije:
-Oye para, me estoy orinando.
Y ordenó que parara el carro, me bajé, eran como las 11:00 de la noche, todo estaba muy solo y le dije:
-Yo me regreso a Perico, y me contestó:
-Coño me va regañar Adolfo, me dijo que no me parara, conteste:
-Aquí me quedo.
Tuve que caminar oscuro como cuatro kilómetros para agarrar un carro para mi pueblo, me quedé en mi casa y como a la semana vienen los dueños del Equipo Cienfuegos y me dicen.
-Manolo, te vas a regresar con el equipo ya deshicimos el trato y tenemos que regresar los tres peloteros que nos dieron.
-Y dónde vamos a jugar esta semana,
-Vamos a jugar contra el Almendarez en la Habana.
Yo me voy con ustedes ahora, y voy a pitchear ese juego contra el Almendarez.
-No porque tenemos a fulano, a mengano…
- No, no, yo tengo que pitchear ese juego.
De izquierda a derecha Ernest B. Herminway, Panchín Batista Gobernador de la Habana, hermano de Fulgencio Batista y; Adolfo Luque.  Esta era la clase de amigos que tenía Luque
Llegamos al estadio a la hora del juego y fui a calentar, las apuestas estaban 100 a 50 sobre el Almendarez y les ganamos 4 a 2 al Almendarez y Adolfo Luque a pesar de que era muy buen amigo mío él no tenia amigos; a la hora de los trancazos sacaba el fuego y yo tenía que pasar por el lado de tercera en que estaba el Almendarez y todos los jugadores se fueron y Adolfo Luque se quedó sentado, algunos de mis compañeros me dijeron.
-Oye Manolo no salgas, por ahí está Luque.
Yo sabía, yo ya lo conocía, y cuando pasamos sale Adolfo Luque detrás de nosotros, y apretando los puños me dice:
-¡Hijo de tu chingada madre!
Yo seguí subiendo  todas las escaleras y me seguía mentando la madre desde ahí hasta los vestidores yo no le hacia caso, pero no quería regresarme porque yo sabía que traía la pistola, yo me metí a los vestidores y él quería entrar también pero no lo dejaron y como a los quince días fui al parque y vi que venía él y desde que me vio yo vi que cerró los puños, me le acerqué y le pedí perdón y desde ahí volvimos a ser amigos otra vez.
Por ahí oí otra anécdota a la que le llaman El Portazo de Luque
-Si, te la voy a contar.
Ted Radcliffe, jugó con el New York Cubans
Yo estaba con el Marianao y Ted Radcliffe “Double Duty” (norteamericano negro) con el Almendarez, y vino a México con el Veracruz. Cada vez que ganaba le pedía aumento a Adolfo y a éste ya lo tenia muy cansado, entonces un domingo en la mañana le tocaba jugar contra el Marianao y le daban palos y palos y palos hasta que él aventó la pelota y se fue por el right fielder, por ahí lo siguió Adolfo, se metieron al dugout, los dos  se mentaron la madre, por ahí se estaba cambiando el hermano de Rodolfo Fernández y éste salvó a Radcliffe de algo más grave, Adolfo le metió un balazo en la pierna y cuando salió le preguntaron qué había pasado y  Adolfo dijo que había sido un portazo.
El embajador Sommer Wells de Estados Unidos en Cuba, tuvo que ver con este tremendo accidente y Luque haciendo la gran salida con valentía y dignidad hizo la aclaración y se le conoce a este accidente como, el PORTAZO DE LUQUE, esto sucedió en la temporada 1938 ó 1939.
Si Adolfo Luque era violento Radcliff no se quedaba atrás, también era violento, un día estaba jugando el Veracruz en Torreón, como a las 8 de la noche estaba jugando en la cama naipes con Bragaña y éste también era muy bravo y tienen una discusión por una banana, agarré una silla y parecía yo un domador evitando que se golpearan.
Los últimos años que pasó Adolfo Luque en las Ligas Mayores con los Gigantes de New York, en el Polo Ground llegaba a las 9:00 de la mañana y se salía a las 9:00 de la noche y en aquel entonces no se jugaba de noche, solamente de día y yo jugaba en las Ligas Negras, cerca de este parque, él duraba todo el día y Adolfo me decía si quieres tú venir a entrenar, vente a las 9:00 de la mañana, a mí me gustó siempre aprender.
Adolfo Luque estaba con los Gigantes y en el coach de primera, cuando el pitcher contrario lo estaba haciendo muy bien, él para sacarlo de concentración le mentaba la madre y en algunas ocasiones se agarraba a trancazos con los pitcheres y al pitcher lo sacaba del juego, (expulsión)
Esto mismo yo lo aconsejo en mi Libro Mi Cerebro en el Beisbol, y si el pitcher responde a la mentada de madre, ya lo sacaste de concentración y del juego, porque si se va a golpes contra ti, el umpire fácilmente lo expulsa.
- Manolo, ¿Te acuerdas de Colás?

Carlos Colás, jugó con New York - Cubans
Carlos Colás, era un cubano negro que en Laredo le ganó a un caballo; yo ví en la Habana a Jesse Owens ganarle a un caballo, Tetelo Vargas también fue otro negro que le ganó a un caballo en un pueblo de USA y Pancho García, el papá de Karim también le ganó a un caballo en Guadalajara.
Había otro  jugador muy rápido, Cool Papa Bell, bateaba a lo zurdo y a la derecha, jugó dos temporadas con el Unión Laguna, era muy callado, era mi compañero de cuarto en Torreón, no tomábamos ni fumábamos.
Con Cool Papa Bell estábamos con el Torreón jugando contra el Monterrey y él estaba en primera y pegaron un hit entre el left fielder, el short y la tercera, cayó en medio y Bell se fue de la primera sin llegar a la segunda, se cruzó para la tercera y llegó a home, nadie se dio cuenta y cuando yo llegué le pregunté:
-Oye Papa ¿Pues qué hiciste? Y me dijo:
-Pues nada más fui a la tercera sin llegar a la segunda y luego a home.
Este Bell además de ligero era muy inteligente, buen bateador yo jugué dos temporadas con él y una de contrario Él jugaba con nosotros en Torreón, en una ocasión todos los jugadores estaban borrachos y armaban gran escándalo y los corrieron  y Bell y yo éramos los únicos que no tomábamos y un sábado a las 4 de la mañana llegaron los dueños de un hotel en Laredo y ya habían corrido a los demás jugadores (de todos los hoteles los corrían por borrachos), tocaron la puerta a Bell y a mí nos dijeron que teníamos que dejar el  hotel y que si no, nos iban a enviar con la policía, así que a las 4 de la mañana él y yo con nuestras maletas andábamos buscando donde quedarnos.
Pero eso sí, a la hora de jugar, todos los jugadores negros se rompían la madre.
Aquí en México una vez jugaba con Laredo y Martín era el manager y fuimos a jugar a México y aquí estaba Raymond Dandrige que aquí le decían Mamerto y en Cuba Taluah, que era muy buen bateador, él se hizo profesional en Cuba el mismo día que yo, él jugaba con el Marianao y me dijo Martín ten cuidado con Dandrige porque no se le puede sacar out, rasúralo y así lo hice, pero se me escapó la pelota y le pegué en las costillas y me gritaba.
-¡Tú no eres mi amigo, tratas de matarme!
Talúah era el tercer bat, yo quería separarlo tantito de home, pero se me fue y salió corriendo a primera con los puños cerrados.
Cuando terminó la entrada Dihigo me dijo:
- Coño Manolo, te dije que lo rasuraras, no que lo mataras.
Había un jugador indio Roy Arquequeta, qué era de los más borrachos que he conocido con el Torreón, llegaba al juego tomado, eso era en  1940.
En 1941 llega Melo Almada de manager del Torreón, fue el primer pelotero mexicano que llegó a Grandes Ligas y se hizo muy amigo mío y me preguntó:
-¿Cómo está el equipo? y yo le dije:
-Pues si tenemos buen equipo, hay algunos novatos pero es bueno el equipo y me dijo:
-Oye aquí hay un tercera base que es borracho y yo le dije:
-Si es muy buen bateador, no habla español, hay otros dos más y me contesto:
-¡Yo no quiero un borracho aquí!
Llegó el entrenamiento y nos tocaba jugar en México y después fuimos a Veracruz, en México en tres juegos bateó 2 hits el indio y llegamos a Veracruz y bateó un hit en dos juegos y  llegamos al Gran Hotel y el indio Arquequeta, pidió permiso a Almada para tomar y no lo dejaba, pero yo le dije que lo dejara, lo dejó y Arquequeta llegó con una botella de habanero y dos cartones de cerveza, cuando regresamos tuvimos que llevarlo cargando al autobús, llegamos a México y lo tuvimos que llevar cargando al tren, a media noche lo fui a buscar porque me lo pidió Almada y lo fui a encontrar con otras personas tomando cerveza, en Torreón llegamos al Hotel Francia y lo tuvimos que llevar cargando de borracho, estuvo tres días perdido de borracho, iniciábamos serie contra el Veracruz con Ramón Bragaña, Melo Almada hizo su orden al bat, el Indio era el cuarto bat pero no estaba y no lo anoto en el orden al bat, instantes antes de comenzar el juego llegó borracho y uniformado, estaba hecho un toro y fuerte y vio el orden al bat y no estaba anotado, agarró a Melo Almada por la camisa y le dijo:

Ramón Bragaña, jugó con New York - Cubans
-¡Ponme a jugar!
En un principio no quería pero tuvo que aceptar y lo puso de cuarto bat, Bragaña estaba en su apogeo. Arquequeta  se quito la gorra se puso hielo  debajo de la gorra y ese día,  pegó el Indio Arquequeta de 5-4, cuando terminó el juego le pidió permiso a Melo Almada para echarse una cerveza y éste le dijo a Fortes.
-¡Déjalo que tome!
Melo Almada 1933
Primer mexicano en las Grandes Ligas
Melo Almada era un hombre alto blanco y en la Liga Mexicana todos los negros odiaban al que había jugado en las Ligas Mayores; en Monterrey le comenzaron a tirar a la cabeza por poco y lo matan, en México, Torreón  también querían pegarle.
Almada fue a las oficinas del Torreón y pidió que lo dieran de baja y renunció, entonces las autoridades del Torreón me dijeron que me hiciera cargo del equipo que iba a ir a jugar a Monterrey y que Melo Almada se iba a ir a la frontera a arreglar asuntos particulares y yo me hice cargo por una semana y la gente del Monterrey, bajando yo del camión me decían:
-Manolo, te felicitamos- y les dije:
- ¿Por qué?
-¡Porque eres el nuevo manager del Torreón.
-Pero si nada más es por una semana y va a regresar.- me dijeron
-No Melo no va a regresar, paso por aquí con toda la familia y se  despidió y nos dijo, no yo ya no regreso; así que tú eres el nuevo manager.
 Yo no quería manejar y regresamos a Torreón, me dirigí al gerente que era un Ingeniero y le dije:
-Se acabó mi trabajo, yo ya terminé- y me dijo:
-No, Manolo tenemos que conseguir manejador.
-¡Espera! le dije, yo tengo uno y el ingeniero me dijo:
-Quién y yo le dije:
- Martín Dihigo, está con el México y me dijo el ingeniero.
-Es que Carmona no lo va a soltar.
-Si, Carmona tiene un pitcher llamado Pullman Porter que tiene un promedio de 15 ponches por juego y si yo voy y le pido a Pullman Porter o a Martín Dihigo, Carmona me va a contestar llévate a Martín Dihigo y yo me pensé, Martín Dihigo también es manager y le hace sombra a Carmona.
Nos fuimos para México el Ingeniero y yo, llegamos a la casa de deportes de Carmona que estaba en Isabel La Católica, y le dije, venimos por Pullman Porter porque nosotros lo necesitamos en Torreón de manager, Melo Almada ya se fue, me dijo:
-Ve a ver a Martín está ahora comiendo.
Y fui a la casa de Rosell que es donde comía Martín y no estaba,  poco después llegó silbando y me decía:
-Coño Manolo cómo estás, que andas haciendo por acá
-Venimos por ti, no tenemos manager en Torreón y me dijo Carmona que te fueras a manejarlo.
-Yo no voy a ese pueblo polvoriento.
Se salió del restaurante y nos dejó hablando solos. Regresamos a ver a Carmona y le dijimos:
-Otra vez aquí y venimos a lo mismo, Martín no quiere ir, así que nos llevamos a Pullman Porter, y nos contestó:
-Vayan con el negro (Dihigo) y díganle que si no se va con ustedes mañana mismo, lo regresamos para Cuba.
-De veraz de veraz, así le decimos.
-De veraz así.
Llegamos por la noche y nos dijo Martín.
-Otra vez ustedes por aquí.
-Si Martín y por última vez nos dijo Carmona que si no te vas con nosotros te regresan a Cuba.
-Así te dijo Ernesto?
-Así me dijo, mira aquí está el ingeniero de testigo, agachó la cabeza el negro, y dijo.
-Yo me voy ahora con ustedes pero si me pagan toda la temporada por adelantado, así que hagan la cuenta.
El ingeniero, hizo la cuenta, sacó la chequera la firmó puso la cantidad y le dio el cheque a Martín, este se quedó viendo el cheque, yo le dije:
-Agarra el cheque, es bueno y él me contestó:
-¿Estás seguro que es bueno? y yo le dije:
-Sí, si es bueno.
Se quedó viendo el cheque y lo rompió, y nos dijo:
-Mañana los alcanzo a las 11 de la mañana en el tren.
Nosotros llegamos, desde las 10 de la mañana, escogimos nuestra cama, eran las 10.55 y no llegaba Martín, el ingeniero y yo pensamos, ya no viene a las 11 llegó un taxi con Martín y sus maletas, se subió y nos dijo:
-Cuál es mi cama Manolo.
El ingeniero se bajó y le pidió permiso al conductor para hablar por teléfono y avisar a Torreón que llevábamos a Martín Dihigo, cuando llegamos a Torreón estaba la estación llenísima de aficionados, bajamos el ingeniero y yo y Martín no bajaba y la gente comenzó a gritar.
-¡Mentirosos, dónde está Dihigo!
Cuando se aparece Dihigo con un traje blanco y con un panamá en la cabeza, lo agarró la gente, le quitó las maletas y lo llevó cargando desde ahí hasta las oficinas del Torreón.
Martín Dihigo le había ganado a Satchel Paige en Veracruz y le volvió a ganar en la ciudad de México, esto por el año 38 yo vine este año por primera vez con el Equipo de Beisbol Marina de Guerra, Satchel Paige venía jugando con el Agrario, y cuando yo llegué lo fui a saludar y le pregunté por qué estaba jugando aquí en México y me dijo:
-Es que ando un poco enfermo del brazo y quiero venir a reponerme aquí, pero yo creo que me regreso a mi tierra.
Puebla, Pue., 4 de marzo de 2004



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